En junio de 2018 Josh Klingseisen, de 64 años, paseaba con una amiga por su vecindario en el condado de Lancaster, en Pensilvania, cuando repentinamente fueron víctimas de una insólita amenaza. El responsable era Stephen Kirchner , quien desde su jardín «hizo con la mano un gesto que imitaba el disparo y retroceso de una arma».
La situación quedó grabada en las cámaras de vigilancia, las que fueron usadas como medio de prueba por parte de la víctima quien llevó a la justicia a su vecino, por las amenazas.
Y casi un año después, los tribunales le dieron la razón al hombre de 64 años al declarar a Kirchner de un acto delictivo, como fue calificado por el juez.
Llamado a emergencias
Cuando se registró el incidente, fueron dos testigos, los que llamaron a la policía pensando que el hombre había usado un arma para realizar las amenazas, sin embargo cuando llegaron descubrieron que sólo había usado sus manos, aunque la víctima igual decidió presentar cargos.
Ahora y después de una investigación, el tribunal dictaminó que «Kirchner actuó con un desprecio temerario» y provocó un riesgo de alarma pública, como demuestra la llamada de emergencia que realizaron los testigos.
La resolución estableció además que “existen pruebas suficientes de que la acción de Kirchner imitando una pistola creó una condición peligrosa».
El responsable apeló a la orden del tribunal pero no fue aceptada, por lo que ahora deberá pagar las costas judiciales además de una multa de US$100 por jugar al pistolero.