Un curioso paquete es el que esperan para la próxima semana en la Facultad de Medicina de la Universidad Católica: cinco torsos humanos que fueron comprados a un laboratorio en EEUU, todo para dictar un curso de especialización médica entre el 24 y 26 de este mes. ¿Por qué tuvieron que comprarlos?
Por lo difícil que resulta en Chile conseguir un cadáver para la ciencia.Pese a que hay un mito urbano que indica que los médicos en formación suelen comprar muertos a los hospitales, el doctor Miguel Soto, jefe de laboratorio y encargo del Programa de Donación de Cuerpos de la U. de Chile lo descarta de plano: «el negocio de la venta de cuerpos no está permitido en Chile», sostiene. Es en ese contexto en que quedan dos caminos: comprarlo al extranjero o recurrir a la donación.En la actualidad hay entre 1.200 a 1.300 personas que han manifestado su voluntad de donar su cuerpo a la ciencia, pero sigue siendo poco según indica el médico, considerando que cada año entre 23 a 25 de ellos en promedio llega a las aulas. Por eso, no duda en invitar a la población a ver esto como una alternativa.