Luis Peña sufrió un accidente a los 18 años que tuvo como consecuencia la amputación de una mano.
A partir de ese momento empezó a trabajar como taxista. Hace cinco años se le ocurrió acondicionar su taxi para dar servicio a personas discapacitadas al ver que los nuevos taxis anunciados por el gobierno de la Ciudad de México para estas personas eran escasos y prácticamente imposibles de encontrar.
Hoy, tiene cerca de 30 clientes discapacitados, a quienes atiende personalmente ayudándolos a subir al taxi y acomodando su silla de ruedas. Por este servicio, Don Luis no cobra cuota extraordinaria, su tarifa es la misma que la del resto de los taxis, pues considera que servir a personas discapacitadas es un honor.
Con imágenes e información de Elizabeth Jiménez, Uno TV.