- Director ejecutivo Fundación Belén Educa
¿Qué noticias nos trae la entrega de los resultados del Simce? ¿Alcanzamos mejoras relevantes en los aprendizajes de los estudiantes?
Algunos datos que se desprenden: los resultados arrojan un avance en 4° básico, en la última década, de 14 puntos en Lenguaje y Matemáticas; desaparece la brecha de género en Matemáticas a favor de las mujeres; los niños de sectores vulnerables tienen un alza de 17 puntos en Matemáticas y 12 en Lenguaje. Estas son las buenas noticias, pero aún hay desafíos: los hombres leen menos; la lectura en 2º medio está por debajo de lo esperado; la convivencia escolar debe mejorar, en especial en el grupo socioeconómico bajo; la autoestima académica y la motivación escolar necesitan avanzar.
Todos los años el Simce impacta al país: al Ministerio de Educación, a los papás y docentes, a los sostenedores de colegios, a la opinión pública.
Este instrumento de evaluación nos presenta una radiografía de nuestros estudiantes y sus motivaciones escolares, la convivencia escolar, sus niveles de competencia académica, las habilidades en la lectura y el desarrollo lógico matemático.
Este efecto debiera ser una oportunidad para que todos aquellos que participamos del proceso educativo de los estudiantes realicemos un análisis significativo: observar los resultados, preguntarnos si los alumnos aprendieron, si las clases fueron efectivas y estaban bien planificadas o si hay contenidos que volver a estudiar.
Si respondemos esto podemos aspirar a que esta experiencia nos mueva en el diseño de estrategias y acciones efectivas, desde lo macro, aquello que le compete a la autoridad; hasta lo micro, lo que sucede en la sala de clases y el acompañamiento de los padres a sus hijos.
¿Debiese ser el sueño sólo tener puntajes más altos? No, la aspiración de los miembros de una comunidad educativa debe ser ver a sus niños y jóvenes felices, motivados, con alta autoestima, con gusto por aprender. Este es un llamado a todos los que participamos del proceso educativo de nuestros niños y jóvenes a conocer los resultados y movilizarnos para incrementarlos. Nadie se puede excluir.
Esta misión exige el mayor de nuestros esfuerzos: el de las familias, los educadores y de todos aquellos que están comprometidos con nuestros estudiantes.
Si hacemos las cosas bien, motivados y con responsabilidad, nuestros alumnos obtendrán buenos resultados, en el Simce y en la vida, más allá de las mediciones. Eso es lo que debemos buscar.
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