- Diputado PPD por Conchalí, Huechuraba y Renca
Es cada vez más frecuente que los chilenos nos agredamos. Es lamentable ver que en las calles, el Metro y otros lugares públicos las personas se enfrenten ante mínimas “provocaciones”.
Es más habitual aún que los políticos seamos objetivo de agresiones, pues hay un innegable descontento con la política en su conjunto.
Aunque es posible entender la molestia, es inadmisible que nos ataquemos sin mediar el diálogo. Es el caso de la persona que enfrentó al senador Guido Girardi hace unas semanas.
El senador Girardi ha sido promotor de temas relacionados con la salud desde sus inicios en política, así como también de aspectos relacionados con ciencia y tecnología, lo que lo llevó a ser el impulsor del Congreso del Futuro.
En materia de salud ha llevado adelante iniciativas de gran relevancia y alto impacto como el proyecto de ley que busca subir el impuesto a los productos azucarados, alto en grasas saturadas y con altos niveles de sodio, por su implicancia en el aumento de la obesidad en el país o el proyecto de ley que regula la publicidad de los alimentos que presenten elevados contenidos de ciertos nutrientes, particularmente dirigida a menores de 14 años.
En este ámbito cabe destacar de forma especial la Ley de Etiquetados, que es finalmente la que habría provocado esta agresión al senador.
En efecto, esta agresión no se debió a su condición de político, ni su militancia, ni su historia política. Se debió única y exclusivamente al hecho de perjudicar los intereses del agresor.
Se trata de enlodar los esfuerzos que distintos parlamentarios hemos hecho para que los chilenos tengamos mayor información respecto de nuestra alimentación a través de la Ley de Etiquetado.
Esto es lo grave, la falta de sentido colectivo, de entender que en Chile ya se instaló la pandemia de la obesidad. Según datos del Ministerio de Salud, casi el 30% de los menores de 14 años en Chile tiene algún grado de obesidad, mientras que el 22% de la población adulta es obesa y el 38% presenta sobrepeso.
Tenemos por una parte el problema de la agresión. En este sentido descalificar sin argumentar los motivos es una falta al momento de enfrentar un conflicto. Peor cuando existe, más que un desacuerdo, un interés empresarial bajo dicha agresión.
Este episodio nos da la posibilidad de reflexionar sobre la relación que debemos mantener los ciudadanos, pero también nos permite recordar las conquistas que se hacen desde el ámbito de la política. En este particular sentido, sobre el preocupante y creciente índice de obesidad existente en Chile.
Tenemos un problema cuando las agresiones se naturalizan en la sociedad y cuando deja de haber amistad cívica. Tenemos un problema aún mayor cuando no somos capaces de ver el bien común por sobre los intereses personales.
Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro