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Queman a ocho mujeres en el Congo este mes porque unos chamanes congoleños las acusaron de brujas

Informe de asociación de medios en la RD del Congo acusa el regreso de una práctica que los "bakajazi" han impuesto en la nación africana.

Un particular y espantoso registro entregó esta semana la Asociación de Mujeres en los Medios de Comunicación en Kivu del Sur, República Democrática del Congo, donde ocho mujeres fueron quemadas vivas durante septiembre en dicho país, porque en creencia los «bakajazi», chamanes que dicen tener el poder para identificar a magos y brujas, ellas practicaban la brujería.

Según informó la representante de esta asociación, Nelly Adidja, desde junio a septiembre de este año se han realizado 324 acusaciones de brujería en contra de mujeres congolesas, de las cuales un total de 114 se han reportado sólo en el territorio de Kalehe, al interior de la provincia de Kivu.

La cacería de brujas, una práctica que se realizaba entre los siglos XV y XVIII, ante la creencia por aquellos días de la existencia de brujas tiene en el Congo a uno de los países que la sigue imponiendo, en una brutal tradición que permite la humillación e impune asesinato de mujeres.

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Las trágicas muertes de congoleñas acusadas de ser brujas

«Solo desde principios de septiembre, las autoridades locales han contabilizado a ocho personas que fueron quemadas o linchadas en tres territorios (Kalehe, Walungu y Fizi) por una justicia popular tan horrible como apresurada, a menudo provocada por el mandato oscurantista de clarividentes y otros predicadores en maldad de los fieles», sostuvo Adidja, quien informó de cinco casos de mujeres humilladas públicamente y quemadas vivas, junto a otras cuatro que fueron llevadas a lugares desconocidos por integrantes de las denominadas milicias de autodefensa de la República Democrática del Congo.

El regreso de este tipo de torturas en la nación africana es, en palabras del sociólogo congoleño Bosco Muchukiwa, la constatación de la «incapacidad del Estado de imponerse en sus misiones soberanas y las fallas de la policía y el poder judicial en el ejercicio de su trabajo legal».

Para Muchukiwa, este caos de ingobernabilidad se acentúa con la presencia de los «bajakazi», quienes han consolidado su presencia en distintas zonas del país, donde aprovechan la «ingenuidad de la gente» para concretar esta brutal forma de castigo.

«Es falso, no tienen poder, pero juegan con la ingenuidad de la gente a la que manipulan, para tener más seguidores, para darse un cierto valor, más peso en el pueblo», finalizó el sociólogo.

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