Durante la jornada de este miércoles, la Fiscalía Nacional presentó el informe “Observatorio del Narcotráfico en Chile 2021” en que se alertó sobre las maniobras de carteles mexicanos para instalarse en Chile.
El Fiscal Nacional Jorge Abbott precisó que “Chile dejó de ser un país de tránsito de droga; de hecho, carteles de México ampliamente conocidos intentan asentarse en Chile. Hoy, tenemos que admitir que hemos iniciado la senda de aquellos territorios que albergan producciones locales de sustancias ilícitas y la instalación de carteles dentro de sus fronteras. A esto debemos ponerle freno ahora. No podemos permitir que siga profundizándose, ni que estas agrupaciones echen raíces en nuestro país”.
Luis Toledo, director de la Unidad Especializada en Tráfico Ilícito de Estupefacientes de la Fiscalía Nacional, precisó que no sólo se han encontrado indicios de operaciones de carteles mexicanos ya que también se encontraron señales sobre intentos del Clan del Golfo colombiano para internar marihuana creepy.
En su sexta versión, el informe elaborado por la Unidad de Tráfico Ilícito de Drogas de la Fiscalía Nacional, confirma que carteles internacionales, como el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, han intentado penetrar en el mercado de Chile a través seis tráficos de droga frustrados por el Puerto de San Antonio, con más de 6 toneladas de marihuana mexicana.
Sistema de dominación en cárceles chilenas
Por otro lado, se reveló un fenómeno observado en las cárceles chilenas denominado “sistema de dominación”, dirigido por organizaciones de narcotraficantes al interior de los centros penitenciarios que ha provocado una inédita alza en los homicidios intracarcelarios de un 75% en los últimos cuatro años.
Esto quedó al descubierto – tal como lo da a conocer En Estrado– tras un informe de Gendarmería “Crimen Organizado en las Cárceles Chilenas”, en el que describe que este sistema “se ha instalado gradualmente en la red penitenciaria, conformado por las organizaciones criminales, principalmente vinculadas al narcotráfico, que replican al interior de los recintos penales, las condiciones que han construido en distintos barrios. Esta forma de dominación se basa en el sometimiento por la violencia y el miedo del resto de la población, en este caso internos en condición de mayor vulnerabilidad, los que deben optar por servir a la organización criminal (los llaman ‘perros’), o perder la vida”.
Agregan que “de esta forma son utilizados como carne de cañón para los enfrentamientos entre bandas, como correos para traer y guardar la droga, como homicidas en la ejecución de miembros de otras bandas, etc., recibiendo el costo punitivo de las acciones dispuestas por los jefes de las organizaciones criminales, quienes siempre ostentan en sus fichas una ‘muy buena’ o ‘buena conducta’”.