A comienzos de año, una serie de videos y audios de WhatsApp comenzaron a circular por redes sociales. Se trataba de registro de fiestas sin mayor distanciamiento social ni uso de mascarillas ocurridas den Cachagua. Los eventos fueron repudiados de manera transversal y pronto se habló de un gran culpable: el piloto de rally Samuel Israel.
Semanas tras lo ocurrido, y cuando enfrenta una querella de parte de la intendencia por organizar dos fiestas, Israel entregó su versión en entrevista de Revista Sábado de El Mercurio. El texto se titula «El mea culpa de Samuel Israel: ‘Si pudiera retroceder el tiempo, no lo volvería a hacer'».
La llegada de carabineros
Según replica EnCancha, en la conversación con El Mercurio el piloto dijo que la primera celebración, para Año Nuevo, «no era una fiesta, era una junta de amigos. O sea, nunca se vendieron entradas, nunca se publicó nada, nunca se vendió alcohol, respetamos todas las normas sanitarias, respetamos también el toque de queda. Fue una junta con mi gente conocida».
No sólo eso, sino que Israel aseguró que no había más de 30 personas reunidas y que eso es así también en el caso de la celebración del 2 de enero, que a su juicio «se cataloga como fiesta. Volvimos a hacer lo mismo, respetando absolutamente las normas. Había una persona de la casa que estaba de cumpleaños y quisimos disfrutar el cumpleaños con él. Nuevamente se ve que hay mucho movimiento en el condominio. Ese día llega carabineros, pero nosotros no nos percatamos, lamentablemente».
La defensa de Israel
Además, Israel aprovecha la ocasión para asegurar que en sus reuniones «nadie salió infectado» y aclara que los videos viralizados no corresponden a sus dos eventos.
«Todos se hicieron el examen PCR y nadie salió positivo. Puedes analizar los videos de la gente de esa fiesta y eran puros niños de 20, 21 años. Nosotros todos tenemos de 30 hacia arriba. La casa a la que fuimos tampoco tiene ninguna similitud con lo que muestra el video. Ni siquiera se podía ver el mar. Tampoco conozco a las personas que se nombra en los audios. No tengo relación con ellos», dijo en la entrevista.
«Llamado» y «lavado de imagen»
El piloto de rally reconoce sus culpas, «obviamente uno comete errores y esta fue una lección que aprendí. Me encantaría hacer un llamado a la gente para que piense más de una vez, aunque sea para armar una minijunta, y que respeten las normas sanitarias. Hay que cuidarse, porque esto obviamente puede ser fatal y nos debemos cuidar entre todos».
En tanto, en redes sociales la entrevista ha generado polémica y ha sido llamada «lavado de imagen» para Israel. Quizás adelantándose a ello como parte del texto de Revista Sábado se transparenta que la entrevista fue coordinada por un director asociado en una agencia de comunicación estratégica, reputación empresarial y entrenamiento de vocerías. Además, al final del escrito se ven estas dos preguntas:
– Esta entrevista demoró en concretarse. Entendeos que por indicación de tu abogado decidieron esperar. Durante la conversación me ha dado la impresión de que estabas leyendo algo. ¿Prepararon esta entrevista?
– No, en lo absoluto
– ¿No has estado leyendo?
– En absoluto. Todo lo que estoy diciendo es la verdad. No estoy leyendo nada. Es lo que sucedió. Obviamente, va a haber gente que va a creer y gente que no. Pero como dije anteriormente, siempre he creído que la verdad se antepone a la mentira, aunque se demore mucho tiempo.