Sólo la lluvia intermitente en la zona de Ninhue y Lircay ha alterado la incesante búsqueda de Carolina Fuentes Bustos, desaparecida hace 50 días y cuyo caso se convirtió en un complejo enigma policial tanto como un drama prolongado para sus familiares.
Más allá de la velatón realizada anoche con participación de un centenar de personas en la plaza de Ninhue, la aparición de un testigo clave, que reconoce haber estado en contacto con ella, acrecienta el misterio sobre la forma en que se perdió el rastro a la madre de dos hijos.
Carolina estuvo en la casa de sus hermanos, en el sector de Lircay, entre el 14 y el 25 de junio, fecha en la cual se despidió para regresar a Santiago. Sin embargo, su pasaje tenía fecha de retorno para el día 30, y durante ese lapso habría permanecido en la casa de su amigo en el sector de Reloca, en el límite de Ninhue y Portezuelo.
De esa forma, el hombre de 42 años -identificado sólo como Ricardo-, quien ha declarado dos veces ante la policía y que conversó tranquilamente con la prensa a bordo de su camioneta cuando saía del predio de su familia, se ha transformado en un testigo trascendente. El profesional de la construcción admitió que estuvo con ella y que la acompañó hasta la tarde del 29, cuando aproximadamente se produce su desaparición.
«No tengo nada que esconder, hay que dejar que la policía investigue y saque sus propias conclusiones», expresó a Cabal 13, luego que la policía rastreara casi cuarenta hectáreas en la zona próxima.
En tanto, la fiscal Cecilia González mantiene la investigación bajo estricta reserva aunque reconoce que «no hemos dejado afuera absolutamente ningún antecedente y lo que se ha investigado son materias de la investigación que no podemos dar a conocer en este momento».
En ese contexto, tanto la mejor amiga de Carolina desde la infancia, Prosperina, como sus primas, hicieron una revelación fundamental: que Carolina habría sostenido en el último tiempo una relación de pareja con el ahora testigo clave.