Además del estallido social, 2019 podrá recordarse como el año en que los jóvenes chilenos perdieron el miedo a definir su sexualidad. Eso, al menos, se desprende de la última Encuesta Nacional de Juventud del Injuv, que mostró una reducción drástica de personas que no se identifican o no se refieren a su preferencia sexual.
En 2013 y 2015, un alto número de personas entre 15 y 29 años no se referían a su orientación (12%), cifra que se redujo a un 2,3%. De ahí que los jóvenes con una «orientación sexual diversa» crecieron al 7,2% de la población y aquellos con una «identidad de género diversa» al 2,1%.
Para Ricardo Bascuñán, psicólogo y académico de la U. Central, esto marca un quiebre histórico con la «deseabilidad social». «Es un factor que aparece en cualquier encuesta. Quiere decir que históricamente las personas tienden a responder según lo que se espera, según lo consideran que la sociedad cataloga como ‘bueno o malo'», explica.
Esa pérdida del miedo, según el experto, derivó en que dentro de la población de orientación sexual diversa, categorías como «bisexuales» (2,4%) -aquellos que se sienten atraídos romántica, afectiva y/o sexualmente por ambos géneros- y «en exploración» -en búsqueda de definir su orientación- (2,1%) hayan crecido al punto de opacar a quienes se definen como homosexuales (2,1%).
«Sobre todo los jóvenes, hoy tienen menos temor a expresarse, decir lo que piensa, lo que siente, lo que les ocurre. Está más llana a definirse como bisexuales sin sentirse inseguros. Ese cambio cultural incluso ha permeado en los más adultos, que también han ido develando su orientación de género en años tardíos», señala Bascuñán.
La encuesta consultó a 9.700 jóvenes entre fines de 2018 y mediados de 2019, y por primera vez identificó a un 0,6% de la población que se define en «otras categorías», que incluye a pansexuales -atraídos sentimental, romántica o sexualmente por cualquier persona sin considerar su género-, asexuales -nulo o bajo interés sexual en personas-, demisexuales -atraídos sólo por aquellos con un fuerte vínculo- o lithsexuales -que sienten atracción sin necesidad de ser correspondidos, o amores platónicos-.
Dentro del 2.1% que señaló tener una identidad de género diversa -sexo asignado al nacer que no coincide con su identificación de género-, un 0,6% corresponde a hombres trans, un 0.9% a hombres trans, y el 0.6% restante se declara simplemente transgénero.