Los incendios forestales en la Amazonía brasileña siguen desatados. Las últimas cifras arrojan que más de 500 mil hectáreas han sido afectadas, y según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil hay más de 70 mil focos activos.
Es tanto el daño que ha sufrido el llamado pulmón verde del planeta que algunos científicos aventuran que en el corto y mediano plazo las consecuencias serían irreversibles.
Jacquelyn Shuman, científica del área terrestre del Centro Nacional de Investigación Atmosféricas de EEUU, declaró a diversos medios que la tala de árboles sin planificación y los incendios en zonas no autorizadas están provocando que el «el ciclo de la nube forestal» se esté rompiendo. Lo que redundaría en que cada vez hay más zonas secas, y las propiedades únicas que hacen a una selva lluviosa desaparecerían.
«A grandes rasgos se están creando condiciones devastadoras a uno de los ecosistemas más emblemáticos del mundo, esto debido al aumento de las temperaturas, la sequía provocada por los incendios y la deforestación», dijo.
«Lo peor de todo es que se trataría de un daño irreversible que afectaría a todo el planeta y no sólo a una región, ya que las capacidades únicas que tiene en conjunto la Amazonía morirían y se convertiría en una selva fracturada», advirtió.
Similar es la visión de Federico Kopta, científico del Foro Ambiental de Córdoba, Argentina, quien catalogó al daño ambiental como «irreversible».
«Si uno tuviera que titular este hecho, está cerca de ser un crimen de lesa humanidad porque esta situación está pasando porque hubo una vista gorda oficial respecto a quienes quieren cambiar el uso de suelo y despejar. Esto nos afecta a la humanidad entera y es un pasito más hacia una situación de orden catastrófico. La pérdida de diversidad es irreversible», dijo a Cadena 3.
Según el investigador el fuego se generó de forma intencional para despejar la selva y usar el suelo para la cosecha. Sin embargo, marcó una diferencia entre la «rosa», un método por el cual se queman pequeñas superficies para realizar cultivos de subsistencia.
«Una cosa es el uso de las tierras para la subsistencia, pero otra es el cambio del suelo para uso masivo. La pérdida de la biodiversidad, que es el patrimonio genético que tiene el planeta, es irreversible. Esto lo hacen a costa de usar un suelo que se va a terminar degradando en unos años porque los suelos selváticos no son aptos para los cultivos. Son muy pobres. Cuando se acaben los nutrientes que quedan, la lluvia los lava y sólo queda una tierra roja».
Sobre las afirmación, sin pruebas, del presidente Jair Bolsonaro, quien culpó a las ONGs ambientalistas de iniciar los incendios en represalia por la disminución de los aportes estatales, Kopta dijo que sus palabras son «totalmente absurdas y un disparate».
Deforestación
Junto a los incendios, la deforestación sería otra responsable del desastre que se desencadena en Brasil.
El investigador estadounidense Thomas Lovejoy y el brasileño Carlos Nobre publicaron en la revista especializada Science Advances, un estudio que advierte que la deforestación de la Amazonia ha alcanzado cerca del 17 % de su vegetación en los últimos 50 años, y que pasar el límite del 20% desencadenaría un abismo climático.
Explicaron que el Amazonas produce aproximadamente la mitad de su precipitación al reciclar la humedad del aire que se mueve desde el Atlántico por Sudamérica hacia el oeste. El problema es que el cambio climático, la deforestación y el fuego han influido en el ciclo natural del agua.
Según los expertos las sequías del 2005, 2010 y 2015 podría representar los primeros síntomas del punto de inflexión ecológico. Además las grandes inundaciones del 2009, 2012 y 2014, sugieren que el sistema está oscilando.