El secretario de Estado Mike Pompeo anunció que el gobierno del presidente Donald Trump está dispuesto a conversar con Irán “sin precondiciones”, pero agregó que Estados Unidos seguirá con su campaña de presión contra la República Islámica.
Las tensiones han aumentado entre ambos países durante las últimas semanas y eso ha causado temores de que surja un conflicto abierto.
Pompeo está en Suiza para conversar con el ministro de Exteriores Ignazio Cassis, quien representa los intereses de Estados Unidos en Irán.
El alto funcionario estadounidense dice que su país “está preparado para conversar sin precondiciones. Estamos listos para sentarnos” con los líderes de Irán.
Sin embargo, Pompeo también ha dejado claro que “el esfuerzo estadounidense para reversar fundamentalmente la actividad maligna de esta República Islámica, esta fuerza revolucionaria, continuará”.
Trump ha dado indicios de su deseo de conversar con el liderazgo de Irán. Las autoridades iraníes han barajeado la posibilidad, pero también han insistido en que no se dejarán amedrentar.
Conflicto
Todas estas tensiones son la culminación de la decisión de Trump hace un año de sacar a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán con varias potencias internacionales.
Irán anunció hace más de una semana que había multiplicado por cuatro su capacidad de enriquecer uranio a baja concentración. Las autoridades insistieron en que el uranio sólo se enriquecería dentro del límite del 3,67% marcado por el pacto nuclear de 2015, lo que permite utilizarlo para centrales eléctricas pero no para armamento nuclear.
Sin embargo, los aliados de EEUU temen que sea para armamento e inclusive acusan haber recibido amenazas y algunos ataques por parte de Teherán .
“Si Irán quiere pelear, será el final oficial de Irán”, tuiteó el presidente Donald Trump. “¡No vuelvan a amenazar a Estados Unidos!”
Es por esto que Washington anunció el despliegue de bombarderos y un portaaviones estadounidenses en el Golfo Pérsico, lo que ha puesto a Irán en alerta.