Las nuevas leyes islámicas que entraron en vigor en Brunei el miércoles, que castigan el sexo homosexual y el adulterio con lapidaciones, generaron indignación en países, grupos de derechos y celebridades más allá de las costas de la pequeña nación del sudeste asiático.
Las sanciones están recogidas en nuevas secciones de la sharía de Brunei. El sultán Hassanal Bolkiah instituyó el código de conducta en 2014 para impulsar la influencia del islam en el país petrolero, una monarquía de alrededor de 430.000 habitantes, de los cuales dos tercios son musulmanes.
Incluso antes de 2014, la homosexualidad estaba castigada con penas de cárcel de hasta 10 años. La primera fase de la sharía incluía sanciones económicas o de cárcel para ofensas como un embarazo fuera del matrimonio o no acudir a rezar los viernes.
Pero según la nueva ley, que se aplica a menores y extranjeros aunque no profesen el islam, quien sea hallado culpable de mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo podría ser lapidado o recibir latigazos. Los adúlteros se arriesgan a una muerte por el mismo método, mientras que los condenados por robo sufrirían la amputación de la mano derecha en su primer delito y de pie izquierdo en caso de reincidir.
«Al vivir en Brunei, ya sabíamos que nuestra identidad sexual es un tabú y que no debe expresarse. Ya nos sentíamos menospreciados antes de la entrada en vigor de la ley”, dijo un miembro de la comunidad LGBTQ de 23 años que pidió ser identificado solo como Kun por temor a represalias de las autoridades.
«Ahora, con ella, nos sentimos aún más pequeños y los que potencialmente podrían oprimirnos tienen más oportunidades para acosarnos y decir y hacer lo que quieran”, agregó.
Celebridades como George Clooney, Elton John y Ellen DeGeneres mostraron su oposición a la nueva ley y pidieron boicotear nueve hoteles en Estados Unidos y Europa vinculados a Hassanal, que sigue siendo el sultán del reino.
«¿Vamos a ayudar a financiar el asesinato de ciudadanos inocentes?», escribió Clooney en Deadline Hollywood el jueves.
Clooney señaló que aunque no se puede avergonzar a «regímenes asesinos», sí se puede avergonzar a «los bancos, financieros e instituciones que hacen negocios con ellos”.
En Brunei no ha habido oposición a las nuevas sanciones. El sultán gobierna la nación como jefe de Estado y en él recae la autoridad ejecutiva. Las críticas públicas a sus políticas son extremadamente inusuales en el reino.
Estados Unidos se unió el martes a Gran Bretaña, Alemania y Francia, que pidieron a Brunei que suspenda el código de conducta.
Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, instó al gobierno de Brunei a «frenar la entrada en vigor de su draconiano nuevo código penal”.