Algunas familias, en un remoto archipiélago ruso, temen mandar a sus hijos a la escuela después de presenciar una «invasión masiva» de osos polares en áreas residenciales.
Desde diciembre, Novaya Zemlya -que está ubicada en la costa ártica nororiental de Rusia– ha sido «invadida»por docenas de osos polares. Este asentamiento, que cuenta con una población de aproximadamente 2 mil 500 personas, ha informado más de 50 avistamientos.
De esta manera, autoridades locales se vieron obligadas a decretar el «estado de emergencia». Y aunque la agencia de protección animal no dio luz verde para matar a los osos; algunos habitantes están tratando de alejar a los animales generando ruidos y utilizando estrategias «no letales».
El administrador local Alexander Minayev dijo que los osos habían atacado a personas y entrado en edificios. El sábado se anunció el estado de emergencia, con hasta 10 osos polares reportados en el territorio del asentamiento.
“La gente tiene miedo. Tienen miedo de dejar sus hogares y sus rutinas diarias fueron interrumpidas”, dijo Minayev. Agregó que «los padres temen dejar que los niños vayan a la escuela o al jardín de niños».
Las facturas del cambio climático
El extraño fenómeno quizá esté relacionado con los efectos del cambio climático en las áreas polares, lo que obliga a osos polares -y otros animales- a buscar alimentos más allá de sus áreas habituales, por lo que entran en contacto con la población humana. Situaciones que en el pasado no ocurría.
A medida que el cambio climático reduce sus hábitats de hielo marino, los osos polares entran cada vez más en contacto con los seres humanos, forzando a los animales a permanecer en tierra durante período de tiempos más largos.
“Los osos polares dependen de las focas para alimentarse y las focas dependen del hielo marino. El calentamiento global está derritiendo el hielo y provoca una reacción en cadena sobre la supervivencia de los osos polares”, declaró Liz Greengrass, directora de la organización benéfica de conservación animal del Reino Unido Born Free Foundation, a CNN.
Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha ayudado a establecer patrullas en algunas comunidades árticas para prevenir encuentros potencialmente mortales, introduciendo herramientas de disuasión como máquinas de ruido, iluminación más brillante en espacios públicos, contenedores de almacenamiento de alimentos a prueba de osos y protocolos de seguridad para cuando los osos ingresen a las comunidades. También se pueden usar balas de goma.