A pesar de los privilegios que representan pertenecer a la familia real inglesa, también son muchas las reglas que hay que cumplir.
Diana Spencer no era muy fanática de seguir los protocolos y así lo demostró en cada una de sus decisiones.
En el caso de los nombres de sus dos amados hijos, existe una tradición que reza que los hijos de los príncipes deben llevar los nombres de sus antepasados reales.
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Pero para Lady Di esta norma no estaba para cumplirse, así que este fue quizás uno de los primeros enfrentamientos entre la pareja que comenzó con la llegada de William.
En 1982 Diana se convirtió en madre por primera vez y aseguró que era el día más feliz de su vida. El nombre de su primogénito es William Arthur Phillip Louis, escogido por ella misma.
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El príncipe Carlos por su parte había propuesto el nombre Albert. Para la llegada del segundo hijo Carlos se adelantó y escogió el nombre Arthur.
Pero una vez más Diana terminó saliendose con la suya y hoy por hoy el menor de los hijos de la pareja lleva por nombre Henry Charles Albert David.
En una de las entrevistas con su biografo Andrew Morton le confesó que los nombres seleccionados le parecieron anticuados.