Casi en la quincena de marzo, cuando las vacaciones de verano ya sean un recuerdo para los chilenos, llegará un nuevo embalse al país de vacunas contra la temida fiebre amarilla.
Un total de 10 mil dosis llegarán a Chile en aproximadamente 20 días, y serán repartidas para administrarse en el mercado privado. Desde la organización dicen que «se están haciendo todos los esfuerzos para cubrir la necesidad de vacunas, pero llamamos a no alarmarse ni a vacunarse hoy cuando viajan en julio, o el otro año».
Además desde el laboratorio indican que una inyección contra esta enfermedad inmuniza al cuerpo por cinco años.
¿Y si me vacuno en Brasil?
Por el tiempo de demora y las largas filas se podría pensar que es una buena opción vacunarse llegando al país de carnaval. Allá la vacuna, en recintos privados tiene un valor de 180 reales, o $32.918 pesos chilenos, según el ministerio de salud brasileño.
Pero el primer problema es el tiempo en que el medicamento se tarda en hacer efecto. «La vacuna tiene un periodo de 10 días para que exista protección. Vacunarse en Brasil funcionaría sólo si la persona fuera a una ciudad sin riesgo de contagio, pase 10 días allá y luego viaje a una zona riesgosa», dice Katia Abarca, infectóloga y académica de la Universidad Católica.
El segundo, y quizás mayor, problema es que, al igual que en la mayoría de los recintos chilenos, la vacuna contra la fiebre amarilla se encuentra agotada hasta nuevo aviso.
