El gobierno, en plena campaña para la elección el 30 de julio de los 545 asambleístas, promueve la Constituyente como la única salida a la convulsión política y social y al colapso económico del país petrolero. Pero la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) considera la iniciativa un «fraude» con el que el oficialismo busca perpetuarse en el poder, tras 18 años de gobierno chavista.
El plebiscito es presentado como un acto de «desobediencia civil» contra Maduro, a quien la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) desconoce invocando un artículo constitucional que consagra el derecho a rebelarse contra gobiernos autoritarios.Aunque no es legalmente vinculante, la votación busca hacer palpable el rechazo a la Constituyente, que llega a 70% según la encuestadora Datanálisis.
Los venezolanos en el país y en el exterior están llamados a mostrar en miles de centros de votación su rechazo al presidente Nicolás Maduro y a la Asamblea Nacional Constituyente que promueve y que se elige el 30 de julio.
-Quién convoca a la consulta-
La oposición a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a los principales partidos y que promueve desde hace más de tres meses las protestas contra un gobierno que tilda de «dictadura» y al que culpa de la grave crisis económica que sufre el país.
Pero en realidad, en términos legales, es la Asamblea Nacional, el poder legislativo y de mayoría opositora tras las elecciones legislativas de 2015, la que llama a una consulta popular.
Puede hacerlo en virtud del artículo 71 de la Constitución, que le concede la iniciativa de plantear un «referendo consultivo».
-Qué se pregunta en el plebiscito-
Las tres preguntas, que los venezolanos responderían con “sí” o “no”, girarían en torno a los siguientes temas:
- Rechazo y desconocimiento de la realización de una Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano
- Solicitud a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional
- Aprobación para proceder a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional
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-Venezolanos en Chile-
La oposición desplegará mesas de votación en unas 200 ciudades de 78 países para que los expatriados mayores de 18 años puedan participar. Al igual que a sus compatriotas en Venezuela, solo se les pedirá como requisito tener su cédula o pasaporte vigente o no.
En Chile —donde se estima que ya residen más de 30.000 venezolanos— será uno de los países en los que se realizará la consulta popular. Para la convocatoria, son 22 ciudades las que contarán con centros de votación y los representantes en Chile de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -quienes han organizado los requisitos y voluntarios para la fecha- esperan recibir a más de 16.000 votantes.
En Santiago, el lugar para la consulta popular será en la Parroquia Latinoamericana (Calle General Bustamante 180, Providencia), que estará abierta desde las 9:00 hasta las 18:00 horas y se espera recibir al menos 10.000 participantes. Mientras que en ciudades como La Serena y Talca esperan recibir cerca de 700 venezolanos. En otras, como Valdivia y Valparaíso no esperan más de 200.
-Y después, ¿qué?
La oposición anunció que el resultado de la consulta impulsará “el levantamiento democrático en la totalidad del territorio nacional y la activación de la «hora cero” contra el régimen chavista. Pese a que no se ha definido el alcance de esa “hora cero”, se espera la agudización de la protesta que comenzó en abril y que ya suma más de 90 muertos.
Según los analistas, el plebiscito «es simbólicamente importante, pero será muy difícil lograr su objetivo que es detener la Constituyente», opina Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, basado en Washington.
«El Parlamento puede tener razón y legitimidad, pero el poder real está concentrado en el Ejecutivo, incluyendo las cortes y la Fuerza Armada», añadió.
Para frenar la Constituyente haría falta una declaración de rechazo del alto mando militar, que ha jurado «lealtad incondicional» a Maduro.
«Si no ocurre eso, la Constituyente va, la van a elegir con la cantidad de votos que sea», estima el politólogo Luis Salamanca.
Pero Alarcón ve quiebres que pueden cambiar el rumbo tras la deserción de la fiscal general, Luisa Ortega, enfrentada a Maduro y la Constituyente tras años de línea oficialista, y el rechazo de exfuncionarios del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), que avalan el plebiscito opositor.
«Esto se va a parecer a dos autobuses que van el uno contra el otro y los pasajeros van a tratar de convencer al chofer, o de quitarle el volante, para no chocar», ilustró.