Como la trama de una película, quedó al descubierto el escándalo de espionaje que golpea al mayor gremio industrial del país, luego que se descubrieran micrófonos al interior de la oficina del presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).
El principal afectado por el caso de espionaje, del cual aún no hay certeza de su magnitud y duración, es el actual presidente del gremio, Hermann von Mühlenbrock y el primer vicepresidente de la entidad Juan Llungay, consejero electivo de la Sofofa y representante de empresas Carozzi en el gremio.
Los afectados sospechan de la intervención de profesionales en la instalación de los artefactos de escucha, por los métodos empleados.
Según la información publicada en los medios de prensa, el espionaje se realizó a través de sistemas de audio y video sofisticados instalados en las oficinas de la Sofofa en Las Condes, así como a través de la intervención de teléfonos de los integrantes de la directiva.
Tras ser informados del caso, el candidato a suceder a Von Mühlenbrock en las próximas elecciones del gremio, Bernardo Matte Larraín, en conjunto con Patricio Jottar se comunicó con la directiva a través de una carta para condenar el hecho.
En la misiva afirmaron que los hechos «revisten la mayor gravedad, cualquiera sea el origen y las motivaciones que hayan tenido los responsables, pues, de acreditarse, la empresa mencionada y la Sofofa habrían sido víctimas de un espionaje gravísimo».
«Cabe preguntarse además si existen otras empresas e instituciones víctimas de ilícitos similares», agregaron.