El grupo yihadista Estado Islámico ha ejecutado a tiros a un joven y a su madre, que trataban de huir de Mosul, y después ha colgado sus cadáveres en un puente de la ciudad iraquí, según informa una fuente del gobierno regional.
La madre y el hijo fueron secuestrados en la madrugada de este viernes mientras estaban intentado huir de los combates, fueron ejecutados y sus cuerpos colgados del quinto puente sobre el río Tigris, según relata el miembro del consejo de la provincia de Nínive, Gazuan al Daudi.
Al Daudi afirma que el Estado Islámico sigue cometiendo crímenes brutales y masacres contra los ciudadanos desarmados que viven en los barrios residenciales que se encuentran bajo su dominio en la mitad oeste de la ciudad.
Añade que el Estado Islámico, en sus últimos días, está ejecutando a cualquier persona que intenta escapar de las áreas bajo su control, y pide a las organizaciones internacionales que consideren estas acciones como «crímenes de guerra» y «limpieza étnica».
Las fuerzas iraquíes están tratando de expulsar al Estado Islámico de Mosul, su último gran bastión en el país, y ya han arrebatado a los yihadistas todos los barrios al este del río Tigris y parte de la mitad oeste de la ciudad.
La gran campaña militar para expulsar al Estado Islámico del norte de Irak dio comienzo en octubre de 2016 y en este tiempo más de 215.000 personas se han visto desplazadas, unas 50.000 de ellas de la mitad oeste de la ciudad, según los últimos datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
Se cree que en la parte occidental de Mosul todavía hay unos 400.000 civiles, según la ONG Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), y la ONU calcula que como mínimo 245.000 personas podrían huir de esa zona de la urbe, donde habitaban unas 800.000 antes del comienzo de las operaciones militares.