Dos mujeres fueron inculpadas este miércoles por la justicia malasia por el asesinato de Kim Jong-nam, el hermanastro caído en desgracia del dirigente norcoreano, envenenado en el aeropuerto de Kuala Lumpur el pasado 13 de febrero.
Siti Aisyah, indonesia de 25 años, y Doan Thi Huong, vietnamita de 28 años, fueron acusadas con sendos cargos de asesinato por la muerte de Kim Jong-nam, fallecido tras haber sido atacado con un potente agente neurotóxico.
Las dos sospechosas, esposadas y vestidas con camiseta, llegaron al tribunal escoltadas. Parecían tranquilas mientras se les leía la acusación. Si son declaradas culpables, podrían ser condenadas a morir en la horca.
Los investigadores las acusan de haber rociado el rostro del hermano del líder norcoreano Kim Jong-un con VX, un agente neurotóxico clasificado como un arma de destrucción masiva.
Imágenes de las cámaras de videovigilancia mostraron como dos mujeres se acercaron por la espalda a Kim Jong-nam, una de las cuales, al parecer, le tiró algo a la cara. La víctima fue llevada a la clínica del aeropuerto pero falleció mientras era trasladado al hospital.
El VX es una versión más mortal del gas sarín, indoloro, inodoro y altamente tóxico. Las autoridades malasias declararon que Kim Jong-nam tuvo una muerte rápida, de menos de 20 minutos, probablemente «muy dolorosa».
Las dos mujeres aseguran que las engañaron y que creían que participaban en una broma grabada en video. La policía malasia defiende que sabían lo que hacían.
‘No culpable’
La audiencia ante el tribunal, situado en la periferia de Kuala Lumpur, duró menos de 20 minutos. Un centenar de policías fuertemente armados y con pasamontañas vigilaban las entradas.
El tribunal no preguntó a ninguna de las sospechosas cómo pensaban defenderse y se espera que el proceso no comience hasta dentro de unos meses. Sin embargo, el abogado de Huong, S. Selvan, declaró que su cliente había declarado en vietnamita al tribunal: «No soy culpable».
El embajador interino de Indonesia, Andreano Erwin, explicó que Siti estaba «tranquila». «Le dijimos que cuidara su salud pues el proceso judicial será largo».
Un norcoreano también está detenido por este caso. La policía quiere que comparezcan otros siete norcoreanos -incluyendo un diplomático de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur-, pero cuatro de los sospechosos huyeron de Malasia el día del asesinato.
Desde que estallara este caso con tintes de Guerra Fría, Corea del Sur ha acusado a su vecino del Norte, citando una «orden permanente» del dirigente Kim Jong-un para eliminar a su hermanastro, crítico con el régimen norcoreano.
Pyongyang envió a Malasia a un alto diplomático para intentar recuperar el cuerpo de Kim Jong-nam, cuyo nombre todavía no ha citado.
Corea del Norte ha acusado a Kuala Lumpur de guiarse por motivos políticos y de comportamiento ilegal. Además, las autoridades norcoreanas tampoco han aceptado lasconclusiones de la autopsia.
Malasia insiste en que el cuerpo seguirá en la morgue hasta que se presente un miembro de la familia para que se pueda identificar formalmente el cadáver mediante una prueba de ADN.