Los miles de niños vulnerables de nuestro país no pueden seguir esperando. Hace pocos días conocimos alarmantes cifras de un informe entregado por el Ministerio de Justicia, donde reveló que en diez años (2005- 2015), han muerto 185 niños dependientes de instituciones del Servicio Nacional de Menores (Sename).
Hubo denuncia pero no hubo respuesta. Daniel murió en noviembre del 2013 al interior de un centro del Sename tras ser brutalmente apuñalado, a pesar de haber advertido a los funcionarios de la institución que lo habían amenazado y que algo le podía suceder.
También conocimos el caso de Lissette, de Tania, de James, y así un sinfín de casos que podríamos estar todo el día hablando, pero lo importante es que estos niños no pueden esperar más.
Y para colmo, un grupo de menores arrancó de un centro del Sename. El director renunció, y el Gobierno no encontró nada mejor que nombrar en su reemplazo a la ex fiscal que investigó el Caso Tsunami y que liberó de cualquier responsabilidad a la Presidenta Bachelet. Algo suena mal en este nombramiento. Parece más una vuelta de mano que una decisión pensando en los menores vulnerables de Chile.
Da rabia. ¿Por qué los niños tienen que esperar? Los funcionarios públicos protestan y les dan lo que piden, un grupo de estudiantes escolares y de educación superior alegan y el gobierno reacciona. TVN pierde plata, reclama un poco y le dan 75 milones de dólares. Pero los niños del Sename viven dramas por años y el Gobierno no reacciona, para ellos no hay prioridad, urgencia ni recursos.
Esto no puede seguir así.
En toda esta crisis del Sename, la ministra Blanco ha sido «blindada» por la Moneda. Igual que en el caso de Gendarmería, y hace un tiempo atrás en la crisis del Registro Civil. Ha demostrado poco manejo en la solución de problemas en su cartera y ante la salida a luz pública de 185 muertes de niños en el Sename, no ha hecho nada relevante para cambiar el curso de las cosas. Hasta ha sido poco cuidadosa en el lenguaje, cuando en la comisión investigadora del Sename se refirió como “stock” a los niños que están internados en recintos dependientes de la institución.
Definitivamente, la Moneda y la Nueva Mayoría no le toman el peso a los graves problemas de gestión en el Ministerio de Justicia, y públicamente le brindan apoyo, sin ni siquiera ser capaces de reaccionar ante el dolor y la emergencia, y buscar soluciones urgentes.
Son sólo niños los que son derivados a distintos centros del Sename, niños que necesitan de toda nuestra ayuda para superar los distintos conflictos que los llevaron a esa institución.
La comisión de Gobierno del Senado aprobó la idea de legislar el proyecto de ley que crea la Subsecretaría de la Niñez, y yo me pregunto: si el Sename no ha sido capaz de velar por el bienestar de los niños, ¿por qué sí lo haría una Subsecretaría de la Niñez?
¿Usted cree que los niños estarán mejor en manos de instituciones como las que han existido o estarán mejor bajo el cuidado de instituciones de la sociedad civil como la Teletón, la Fundación Las Rosas, el Hogar de Cristo, por nombrar sólo algunas? Yo me la juego por las instituciones de la sociedad civil, no por más instituciones del Estado.
Está bien que se busquen soluciones, pero seamos realistas, otra institución no es la salida. Se necesitan nuevos programas, una nueva forma de distribuir a los niños según razón de llegada al centro y rango etario, una red de apoyo profesional que dé abasto. No sigamos lamentando más muertes de menores al interior del Sename y busquemos soluciones realistas y eficientes.
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