Tropas iraquíes penetraron este lunes en Faluya para tratar de reconquistar uno de los principales feudos de la organización yihadista Estado Islámico (EI), donde se hallan atrapados decenas de miles de civiles.
El avance en este importante centro urbano situado a apenas 50 kilómetros al oeste de Bagdad se lleva a cabo por tres frentes, después de una semana de asedio y de toma de control por parte de las fuerzas de seguridad de las aldeas y las zonas rurales cercanas.
«Las fuerzas iraquíes penetraron en Faluya con cobertura aérea de la coalición internacional, de la fuerza aérea iraquí y de la aviación del ejército y con apoyo de la artillería y de tanques», dijo el comandante general Abdelwahab al Saadi, al frente de la operación.
«Las fuerzas del Servicio de Antiterrorismo (CTS), de la policía de [la provincia de] Al Anbar y del ejército iraquí empezaron a entrar en Faluya hacia las 04H00 (01H00 GMT), desde tres direcciones», agregó.
El avance encuentra «resistencia de parte de Dáesh», refirió el militar, usando el acrónimo árabe del EI.
«Esta mañana hemos iniciado las operaciones de penetración en Faluya», indicó por su lado a AFP el portavoz de las tropas de élite antiterroristas, Sabah al Norman.
La implicación de los cuerpos de elite antiterroristas marca el inicio de la peligrosa fase urbana de la ofensiva. A lo largo de la semana, las tropas iraquíes estrecharon el cerco de la ciudad, tomando el control de las aldeas y las zonas rurales cercanas.
El grupo EI, que en junio de 2014 proclamó un «califato» en una amplia zona a caballo entre Irak y Siria, controla tres grandes ciudades: Faluya y Mosul en Irak y Raqa en Siria, proclamada «capital».
Se calcula que en Faluya hay actualmente unos 1.000 combatientes yihadistas, pero se ignora cuáles son sus dispositivos para defender esta ciudad con alta carga simbólica.
Faluya, conocida en otros tiempos como «la ciudad de las mezquitas», fue un importante centro del islam suní y foco de la rebelión de 1920 contra la dominación colonial británica.
En 2004, las tropas estadounidenses que habían derrocado al dictador Sadam Husein sufrieron allí algunos de sus peores reveses desde la Guerra de Vietnam.
– Temor de escudos humanos –
Solo un puñado de civiles lograron huir y la ONU teme que las cerca de 50.000 personas privadas de alimentos, agua potable y medicamentos que permanecen en la ciudad puedan ser usadas como escudos humanos.
Las familias que consiguieron escapar fueron instaladas en campos de zonas periféricas.
«Nuestros recursos en los campos son sumamente precarios y con la probable llegada de muchos más podríamos tener escasez de agua potable», afirmó Nasr Muflahi, director del Consejo Noruego de Refugiados (NRC) en Irak.
«Las olas de desplazados se acrecentarán a medida que los combates se intensifiquen», agregó.
Algunos civiles seguían llegando, exhaustos después de una noche de caminar a campo traviesa, a Amriyat al Faluya, una localidad al sur de Faluya controlada por el gobierno.
«Decidí arriesgarlo todo. Era tratar de salvar a mis hijos o morir con ellos», afirmó Ahmad Sabih, un hombre de 40 años, que llegó al campo del NRC a primeras horas del domingo.
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