Ahlan Kurdi, el rostro más visible de la tragedia de los refugiados sirios, solo encarna el símbolo de algo que sigue sucediendo de manera inevitable: muchos refugiados de Siria siguen cruzando el Mediterráneo con nefastas consecuencias para ellos. En medio de la travesía, muchos se ahogan por no tener siquiera las mínimas medidas de seguridad para emprender el viaje.
Esta semana, la organización Médicos sin Fronteras y la agencia de refugiados de las Naciones Unidas informaron que al menos de 700 a 900 migrantes murieron tan solo la semana pasada, tratando de cruzar de Libia hacia Italia.
Asimismo, por lo menos 14 mil fueron rescatados desde el lunes en medio de aguas menos turbulentas, aunque tres botes se hundieron. El número de muertos solo puede ser basado en el testimonio de los sobrevivientes.
Lo pierden todo
A finales del año pasado, Ali Al Sahau conmovió al mundo con su historia de vida. Es uno de los tantos migrantes sirios que lo perdió todo al cruzar el Mediterráneo en busca de un lugar seguro.
Según el medio británico «BBC«, el hombre perdió a su esposa y a sus siete hijos en el Mar Egeo.
«No tome el riesgo. No vaya por mar. Los contrabandistas son traidores», indicó el hombre a ese medio.
Lamentablemente, la nave se hundió y toda su familia falleció. Los cuerpos de algunos han sido recuperados mientras que otros permanecen desaparecidos.
Los cuerpos de algunos de sus hijos han sido recuperados del mar, pero otros miembros de su familia siguen desaparecidos.