La muerte de dos leones en un zoológico de Santiago para salvar al joven que entró en sus jaulas creyéndose un mesías ha desatado una fuerte polémica en Chile entre los defensores de los animales y los partidarios de que la vida humana está por encima.
Las redes sociales se han llenado de mensajes furibundos contra la decisión de los responsables del zoológico de sacrificar a los dos leones para salvar de sus garras a Franco Ferrada, un joven de 20 años, que saltándose todas las medidas de seguridad se metió sin ropa en la jaula de los felinos el pasado sábado.
Según el tenor de una carta hallada en su bolsillo, que firmaba con el nombre de Jesús, Ferrada se habría inspirado en el paisaje de la Biblia en el que el profeta Daniel, arrojado a los leones, salvó su vida gracias a su fe.
Una pequeña encuesta que ha realizado la cadena CNN en español en su página web arroja un resultado inapelable: el 79% de los votantes está en contra de la decisión de los cuidadores del zoológico de sacrificar a los leones «Manolo» y «La Flaca», frente al 21% que piensa que hicieron lo apropiado.
Una de las primeras en reaccionar fue la actriz Kaley Cuoco, quien encarna a Penny en la serie «The Big Bang Theory» en su cuenta de Instagram: «¿Sólo porque un idiota salta dentro de la jaula de leones, bajo su propia responsabilidad, es mutilado, y los leones terminan muertos?».
La vida de Franco Ferrada no ha sido un camino de rosas. Con un padre alcohólico y huérfano de madre a los once años, tanto él como sus ocho hermanos pasaron por centros de acogida estatales y alguno incluso ha sido dado en adopción.
Estigma de la enfermedad mental
Según ha declarado su abuela paterna Nolbertina Muñoz a la prensa local, algunos de los hermanos «andan metidos en problemas» y el mayor incluso está en la cárcel.
Mientras el joven se recupera en una clínica de Santiago de las heridas que sufrió en la jaula de los felinos el pasado sábado, su caso acapara el debate en la sociedad chilena.
Para el psiquiatra Rafael Torres, la reacción de la población demuestra el «desprecio de la sociedad por la vida humana y por el estigma de la enfermedad mental».
A pesar de que familiares y amigos veían al joven Ferrada como una persona jovial y normal, Torres señala a la AFP que sufre «un cuadro psicótico de algún origen».
Para el profesor de ética ambiental y bioética de la Universidad Católica, el italiano Luca Valera, no es tanto un problema «de los derechos de los animales sino un problema que da idea de la sociedad que tenemos».
Ni siquiera el ‘padre’ de la «ecología profunda», el ecofilósofo noruego Arne Naess tenía duda de que por encima de la defensa de los animales estaba la vida humana, recuerda Valera.
«El primer principio de la sociedad es la vida, si no hay vida no hay sociedad», dice a la AFP Valera, para quien este caso deja sobre todo un interrogante: «¿la sociedad debe reaccionar antes de que la persona se vuelva loca?».
«La gente jerarquiza los valores y salva primero la vida y lo que viene después es ideológico», por lo que considera que los cuidadores del zoológico no hicieron más que lo que había que hacer en estos casos.
«No hay proporción entre dejar morir y ofrecer otra oportunidad» a la persona en riesgo, sostiene.
Con un crecimiento imparable de las tasas de suicidio, Chile es el país con mayor incidencia de enfermedades mentales de la región y entre los primeros del mundo.
Según un estudio de la Universidad de Chile, un 22% de los chilenos tiene sintomatología depresiva significativa y los trastornos neuropsiquiátricos son responsables de un 23% de la carga de enfermedad en el país.
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