“Cuando perdés de esta manera, no hay mucho para rescatar. Un rival que te supera así, no nos había pasado. Y hoy sentí que Mineiro nos superó”. Frase lapidaria de Marcelo Gallardo el miércoles, luego de que River fuera apabullado con un 3-0 en Belo Horizonte y quedara eliminado de la Libertadores. El único equipo que había logrado darles pelea en serio a los brasileños en los últimos tiempos fue vapuleado con un 4-0 global y el “Muñeco” quedó rendido. Salvo la honrosa excepción de Barcelona de Guayaquil, que dejó afuera a Fluminense con dos empates, los clubes de Brasil coparon las semifinales coperas, metiendo, además, a otros dos en esa fase de la Sudamericana. En días donde en Europa se debate seriamente sobre la estricta aplicación del Fair Play Financiero, debido al All Star que armó el PSG, acá en Sudamérica, como de costumbre, estamos atrasados. Con este escenario, los cuadros del país de los pentacampeones prometen seguir dominando el continente a su antojo.
Ya no sólo gozan de la materia prima habitual, sino también de las millonadas que les llegan desde el otro lado del charco por el inflado mercado actual y por los altos valores de los derechos de televisión del Brasileirao, muy por encima del resto de las ligas del barrio, dada su población. Estos ingresos les están permitiendo repatriar figuras todavía vigentes en el fútbol europeo.
La llegada de patrocinadores es otra arista a considerar, con MRV Engenharia, la mayor constructora e inmobiliaria local, invirtiendo en el “Galo” y con el banco Crefisa auspiciando a Palmeiras. El caso del Red Bull Bragantino, instalado en las semis del segundo torneo sudamericano dos años después de ser adquirido por la marca de bebidas energéticas, podría ser un anuncio de lo que se viene.
Por nuestros lares, Universidad Católica, dominador reciente del balompié nacional, ha avisado en cada inicio de temporada que su objetivo principal es el título doméstico y que, siempre que le toque una zona más o menos accesible, pasar la ronda de grupos a nivel continental ya sería un logro. Ni hablar de instancias más avanzadas.
Pero ya no solamente se trata de que los chilenos nos estemos quedando rezagados, porque los argentinos van por la misma senda, pues metieron apenas un elenco en cuartos y únicamente porque se cruzaron dos en octavos. Más allá de algún batacazo particular, como el de los crecientes ecuatorianos, los “brazucas” van camino a monopolizar este sector del globo sin Fair Play Financiero, con la Conmebol como mera espectadora por el momento.
¿Aló, Luque?