El 10 de enero de 2020, Colo Colo presentó a Nicolás Blandi como su refuerzo estrella. “A lo largo de su carrera, ha convertido 91 goles en 257 partidos”, destacó el club en el comunicado oficial, augurando, según los antecedentes numéricos, un tanto cada menos de tres encuentros.
Y como el gol cuesta caro en el fútbol actual, Blanco y Negro se metió la mano al bolsillo para convencer al entonces delantero de San Lorenzo. Por eso, desembolsó alrededor de 1.100.000 dólares por su pase, que lo instalaron en el Top 10 de los precios más elevados en la historia del “Cacique”.
Se esperaba que el atacante argentino llenara el gran vacío que pronto dejaría Esteban Paredes, por lo que se le hizo un contrato por tres años, con un sueldo acorde a su estatus. Mensualmente, pasó a cobrar aproximadamente US$ 100.000, para transformarse en el jugador mejor pagado del balompié chileno.
Poco más de 18 meses después, o sea, con cerca de US$ 1.800.000 en su cuenta corriente por concepto de salario, esos billetes estadounidenses han estado lejos de ser una inversión rentable. Por estas horas, cuando el transandino finiquita las tratativas para volver a su país, llega el momento del balance, con números rojísimos.
“Los goles se pagan en oro”, dice el cliché futbolero, dado que los traspasos más onerosos suelen ser los de los artilleros. En ese sentido, las dianas registradas por el probablemente peor fichaje colocolino de todos los tiempos han costado más que varios lingotes dorados juntos, sacando un cálculo simple.
Con apenas dos anotaciones en 21 duelos con la camiseta blanca, contando todas las competencias, cada conversión del nacido en Campana le costó a ByN la “módica” suma de 1.450.000. Esto, considerando el valor de la carta y la remuneración correspondiente a este año y medio que alcanzó a estar en el Monumental.
Para peor, cuando el bonaerense infló la red, ambas veces en el Campeonato Nacional 2020, ni siquiera le sirvió de mucho al equipo de Gustavo Quinteros en su lucha por zafar del descenso. La primera fue el descuento en la derrota por 2-1 a manos de Audax Italiano en Ñuñoa, mientras que la segunda fue el 2-0 parcial ante una Universidad de Concepción que vino desde atrás para llevarse un empate 2-2 desde Macul.
Para hacerse una idea, convirtiendo a moneda nacional, cada cifra marcada por Nicolás Blandi tuvo un costo de 1.100.000.000 de pesos para las arcas “albas”. Un derroche por donde se le mire.
