El trabajo de conseguir la fórmula adecuada para retomar el fútbol una vez que pase la emergencia sanitaria es complejo. La labor está en manos de una comisión especial, compuesta por representantes de clubes de Primera y de Primera B, que propondrá una salida a los diferentes escenarios que son -hoy- especulativos, toda vez que nadie puede asegurar cómo se desarrollará la pandemia en el futuro inmediato. Por ello, se visualizan alternativas, unas más prácticas que otras, algunas más viables o realistas.
Aunque aún es temprano para que las instituciones involucradas apuesten por una opción, cada semana que pasa tiende a inclinar la balanza hacia transformar la temporada de este año calendario en una que sea 2020 más el primer semestre de 2021, que traería menos perjuicios para casi todos, simplificaría los temas contractuales y permitiría -eventualmente- volver a alinear el calendario local con el internacional, con la única salvedad de los torneos de la Conmebol, que siguen jugándose en el año calendario. Sin embargo, la pandemia podría ser la posibilidad para que eso también cambie. El coronavirus ha llegado para cambiarlo todo.
Las diferentes alternativas de los clubes para el retorno del Campeonato Nacional 2020
1) Campeonato «normal»: Se mantienen las dos ruedas, todos contra todos. Escenario posible retornando a la competencia en agosto o principios de septiembre
Pros:
- No se altera el reglamento.
Contras:
- Implica jugar a mitad de semana y los fines de semana hasta fines de año.
- Limita las opciones para disputar la Copa Chile.
- No da margen para contingencias que pudiesen derivar en otras suspensiones de partidos o fechas.
2) Campeonato “normal” terminando en verano: Se mantienen las dos ruedas, todos contra todos, pero jugando hasta enero o febrero.
Pros:
- Genera trastornos reglamentarios fácilmente salvables.
Contras:
- Generaría la extensión temporal de los contratos que finalizan en diciembre, lo que complica las transferencias desde y hacia Chile para la próxima temporada.
- Con los ascensos y descensos, implica trastornos para contratar o desprenderse de jugadores y conformar planteles adecuados.
Deja poco tiempo para pretemporada a los equipos que clasifiquen a las copas internacionales.
3) Campeonato «acortado»: Se jugaría a una rueda, con la opción de sumar playoffs.
Pros:
- Hace que, cuando sea que se retome el campeonato, se logre terminar dentro del año calendario.
- Puede jugarse en los fines de semana y sólo eventualmente programar a mitad de semana.
- En caso de sumar playoffs, serían diez partidos más ocho de postemporada.
Contras:
- Habría que determinar una fórmula para establecer los descensos.
- Formato de playoffs modificado en 2012, en busca de mayor justicia deportiva.
- No sumarían las 30 fechas que implica el contrato con la televisión.
- Con postemporada, se teme problemas de seguridad como secuela del estallido social.
- Alternativa que cuenta con poco respaldo de los clubes.
- Deja a clubes sin actividad tras diez fechas, mientras se desarrolla la eventual postemporada.
- Los playoffs generan escasísima adherencia entre los clubes como formato alternativo dentro de la opción de torneo corto.
4) Campeonato normal extendido hasta mayo: Se mantienen dos ruedas, todos contra todos, pero terminando en mayo de 2021.
Pros:
- Da margen de tiempo para retornar a la competencia con calma.
- Permite jugar Copa Chile.
- Posibilita el cumplimiento del contrato con la televisión.
- Proporciona mejor margen de negociación con auspiciadores y abonados.
- Generaría extensiones de contratos de los jugadores por un semestre.
- Terminar en mayo, además, implica quedar alineado con la ventana de pases mayor del mercado internacional, facilitando ventas y fichajes.
Contras:
- Para quienes aspiran a ascender desde la B, implica una espera de un semestre más.
- En la medida que Conmebol no cambie sus copas internacionales al formato agosto a mayo, complica el método de clasificación.