Los disturbios y el incendio provocado por barristas de Universidad de Chile en el encuentro de la Copa Libertadores contra el Inter de Porto Alegre, generaron mucho disgusto y temor en la delegación brasileña que estuvo presente el martes en el Estadio Nacional. La dirigencia del Colorado miraba con asombro el fuego y las revueltas que protagonizaban los hinchas azules desde las tribunas de Ñuñoa y por ello tienen decidido denunciar a la U ante la Conmebol.
«Esperamos que la Conmebol, a partir de los registros, actúe con rigor. Vamos a juntar todos los elementos con nuestro departamento jurídico. Esas personas no querían ver el partido, querían hacer una protesta legítima, pero no debería suceder acá en el estadio», aseguró el vicepresidente de fútbol de la institución, Alessandro Barcellos, una vez terminado el partido.
Y es que a pesar de estar conscientes de la contingencia política por la que atraviesa Chile, la directiva y los jugadores del Inter no tenían claridad sobre la gravedad de las protestas dentro de los estadios de fútbol nacionales, y admiten haber quedado con un cierto grado de preocupación: «No sé si sentimos miedo en sí, porque estamos al tanto de la situación que viven y es complicada, pero tratamos de mantenernos ajenos a eso, terminar el partido como corresponde y espero que esto mejore», aseguró el mediocampista argentino Damián Musto tras el compromiso.
Ante ese mismo escenario, desde la Conmebol comunicaban a El Gráfico Chile que esperan duros reclamos por parte de la directiva del Inter y también tienen conocimiento de que varios equipos no están seguros de venir a jugar a Chile, por las fuertes manifestaciones que se viven desde octubre pasado. Sin ir más lejos, River Plate le pidió el año pasado a la Confederación Sudamericana que la final de la Copa Libertadores 2019 no se jugara en Santiago, por el peligro que podría significar una funa de ese partido, cuando el estallido social recién estaba comenzando.
Uruguay y Bravo miran con atención
Además de lo que ocurrió con la prensa y la delegación brasileña, las protestas dentro de los estadios chilenos han hecho ruido en gran parte del continente. Debido a la importancia que tiene dentro de Sudamérica la Libertadores, varios de los medios internacionales hicieron eco de lo que ocurrió. Por ejemplo, el diario El Observador de Uruguay hizo alusión a los disturbios, destacando los «líos en las tribunas y fuera del Estadio Nacional, donde tuvo que intervenir la policía«.
La preocupación de los charrúas nace principalmente porque Cerro Largo deberá enfrentar a Palestino la próxima semana en Ñuñoa (miércoles 12 de febrero) y Peñarol tendrá que medirse contra Colo Colo por el Grupo C de la Libertadores el 17 de marzo, es decir, pocas semanas antes del Plebiscito del domingo 26 de abril.
El delantero chileno y flamante refuerzo del Carbonero, Christian Bravo, reconoce que él ha estado atento a lo que ocurre en los estadios nacionales, pero que el plantel en sí no está tan preocupado aún de lo que será el ambiente extrafutbolístico para ese duelo contra los albos.
«No se ha hablado mucho de las protestas en Chile, por ahora no se dice nada de lo que pasó ayer y, cuando se vaya a jugar, se jugará de la manera más profesional posible nomás. Es emocionante y lindo para mí ir a Chile a jugar contra Colo Colo por la Libertadores, esperemos que sea un partido bueno y tranquilo para nosotros. Estamos viendo que Colo Colo se reforzó bastante bien, pero nosotros tenemos buen equipo y esperemos tener un lindo espectáculo, y que ganemos nosotros», aseguró el Plancha a este medio.
La prensa y las federaciones de fútbol sudamericano miran con atención lo que ocurre en los recintos deportivos chilenos. El primer castigo internacional lo recibirá la U durante los próximos días (va desde una multa económica hasta un partido sin público como mínimo) y podría generar un precedente para las posibles futuras revueltas que pueda haber en los duelos internacionales que se jueguen en los estadios de nuestro país.
