Huachipato no venía bien en el torneo nacional. Tras remontar frente a O´Higgins en el debut, el cuadro sureño sufrió rotundas caídas ante Palestino y Universidad de Chile en Santiago. Hoy volvía a casa para enfrentar a Audax Italiano. Los siderúrgicos sufrieron y nadaron en la incertidumbre hasta el final, pero con ráfagas de buen fútbol, y la ayuda de los palos, ganaron por 2-0 y salieron de la depresión.
Los acereros, fieles a su estilo, intentaban construir desde el fondo, imponer ritmo en el medio y buscar las rupturas de Cris Martínez en el inicio del duelo. El conjunto de La Florida aguardaba agazapado en el fondo y rápidamente su plan se fue al garete. Nicolás Crovetto metió la mano en el área y el árbitro hizo sonar el pito. Martínez asumió la responsabilidad y no falló a los 10’.
La Usina seguía mandando. El peruano Alexander Succar estuvo cerca a los 17’ y un minuto después Federico Pereyra azotó su cabezazo en el vertical derecho. Sin embargo, con el correr del reloj el elenco capitalino se tranquilizó y se fue a buscar el empate. Ricardo Fuenzalida hacía lío con su velocidad y Crovetto con sus constantes subidas por la izquierda. Gabriel Castellón se lució a los 26’. A los 30’ estaba vencido, pero el remate de Álvaro Delgado murió en el travesaño. Con el incesante martilleo itálico se consumió la primera mitad.
Los sureños volvieron de camarines con nuevos brios. El segundo lapso arrancó con una monumental atajada de Joaquín Muñoz tras un remate de Felipe Barrientos. En la jugada siguiente, el palo salvó al golero. Los dirigidos por Nicolás Larcamón presionaban alto, ensanchaban el campo y mantenían a su rival atornillado en el fondo.
Sin luces, los de Juan José Ribera casi encuentran el gol en un tiro libre servido por Iván Ledezma. El tubo, nuevamente, resonó en el CAP de Talcahuano. Huachipato poco a poco bajó las pulsaciones y el duelo se equiparó, con mucha lucha en mitad de cancha y pocas emociones en los arcos. A esas alturas del encuentro, todo dependía de un arrebato individual. Un horrible control del movedizo Fuenzalida le impidió irse solo hacia el arco de Castellón. Fue la más clara para los forasteros.
Cuando el partido ya se iba, el árbitro volvió a cobrar penal para el dueño de casa. El peruano Succar, que inquietó con sus carreras y las peleó todas, engañó a Muñoz y sentenció la victoria de los suyos.
Con este triunfo, la escuadra acerera trepó a la sexta posición con seis unidades. El próximo viernes volverá a Santiago para enfrentar a Unión Española en Santa Laura. El viaje será con otro ánimo.
