Colo Colo está viviendo un calvario en los últimos meses, una situación que esperaban cambiar en este 2019 con la llegada de Mario Salas a la banca alba, pero que en el arranque de año ha visto agudizado este mal momento futbolístico con pésimos resultados en los primeros amistosos de la era del Comandante, con cinco meses de una crisis que sigue creciendo.
El Cacique perdió sus cuatro duelos iniciales de preparación para la temporada oficial y su nivel de juego dejó mucho que desear. Si bien Salas recién está armando su idea de juego, parece que esta no llega a sus dirigidos, que todavía no pueden desarrollar en la cancha lo que les pide el ex rugbista.
A esto, se suma la falta de refuerzos para un plantel que aún no asimila lo que pide el ex DT de Sporting Cristal, el que pareciera no ser el adecuado para el sistema que pretende implantar en los albos con mucha intensidad y ritmo incesante para asfixiar a sus rivales. De hecho, muchos jugadores han tenido dificultades para encontrarle la mano a este nuevo modelo de juego, muy distinto al que tenían Pablo Guede y Héctor Tapia, viéndose muy incómodos y un tanto perdidos en el campo de juego.
Por otro lado, la tardanza en la llegada de los refuerzos complica aún más la situación. Salas contó en esta seguidilla de partidos solo con el uruguayo Gabriel Costa, que mostró un nivel irregular y poco feeling con sus nuevos compañeros; mientras que el regreso de Marcos Bolados y Andrés Vilches desde la UC no ha hecho gran diferencia. La fallida llegada de Juan Carlos Gaete, la partida repentina de Damián Pérez, más las recientes contrataciones de Ronald de la Fuente y Javier Parraguez, han impedido que el Comandante pueda probar su esquema preferido con nuevas caras.
Debido a lo anterior, en Blanco y Negro siguen trabajando para potenciar el equipo y en ese escenario aparecen las cartas del paraguayo Angel Romero y el creativo Leonardo Valencia para ocupar una de las bandas que busca reforzar el cuerpo técnico del ex Católica. Para el estilo de Salas, es fundamental tener punteros adecuados para abrir la cancha, lo que no ha podido imponer. Además, en comparación a sus archirrivales, hay una diferencia sideral de nuevos nombres (la UC suma seis y la U tiene 10).
Una racha insólita
Es sabido que Colo Colo no está acostumbrado a perder seguido y por eso cuando no puede ganar se arma más de un lío en el Monumental. Y el momento actual del Cacique es francamente lamentable, porque de sus últimos 16 partidos sumando amistosos, torneo local y Copa Libertadores, ha perdido 11 y apenas ganó uno, en una racha increíble.
Desde que los blancos vencieron a Universidad de Chile por 1-0 en el último Superclásico, el pasado 26 de agosto, comenzaron una seguidilla desastrosa y poco decorosa para el club más ganador de nuestro fútbol. Estuvieron 10 partidos sin ganar, igualando la peor racha de la historia colocolina y apenas consiguieron un cupo en esta Copa Sudamericana 2019, un premio de consuelo que no fue suficiente y el cual fue fundamental para la salida de Héctor Tapia.
En ese lapso del fin de 2018, perdieron con Corinthians, Everton, Palmeiras, Antofagasta, Universidad Católica, otra vez ante el Verdao de Sao Paulo y Universidad de Concepción. Empató ante Unión Española, O’Higgins, Audax Italiano y Palestino. Sólo derrotaron a Huachipato, lo que cortó la seguidilla de 10 sin ganar, terminando el año cayendo ante el Campanil en la última fecha.
Ahora, con Salas en la banca, el arranque fue terrible con cuatro derrotas en línea en los amistosos: Estudiantes de La Plata (Noche Alba); Unión Española, Universidad Católica y Everton (Torneo de Verano de Viña del Mar).
El Comandante tiene tarea…