Incluso cuando su dominio ininterrumpido de antaño se disipó, incluso mientras tomaba un descanso ocasional, Roger Federer siempre era relevante en los últimos días de los torneos de Grand Slam. Hasta hace poco, así fue.
Hasta que, a los 37 años, fue superado en la cuarta ronda del Abierto de Australia por un hombre mucho más joven, Stefanos Tsitsipas, de 20 años, en una sorpresiva derrota el domingo por 6-7 (11), 7-6 (3), 7-5, 7 -6 (5) que terminó con la búsqueda de Federer de un tercer campeonato consecutivo en Melbourne Park.
«Me arrepiento enormemente», dijo Federer, quien no logró convertir alguno de los 12 puntos para rompimiento ganados contra Tsitsipas, el primer jugador griego que alcanza los cuartos de final de un major.
Esta derrota significa que será el cuarto Grand Slam consecutivo sin Federer en las semifinales. En 2018 faltó a Roland Garrós, fue vencido en los cuartos de final de Wimbledon y se retiró en la cuarta ronda del Abierto de Estados Unidos.
Es la sequía más larga de ese tipo desde que conquistó el primero de sus 20 títulos majors, en Wimbledon de 2003.
«Roger es una leyenda de nuestro deporte. Lo respeto demasiado. Mostró tan buen tenis a lo largo de los años. Lo he idolatrado desde los seis años de edad», señaló Tsitsipas, quien ha trabajado con Patrick Mouratoglou, entrenador de Serena Williams.
«Ahora mismo soy la persona más feliz en la Tierra», manifestó Tsitsipas, cuyo anterior mejor registro en un grand slam era una eliminación en octavos de final de Wimbledon el año pasado.