Alexis Sánchez ha tenido un año para el olvido desde que en enero decidió dejar el Arsenal para irse al Manchester United. Pese a que parecía un gran paso en su carrera por el nivel de equipo al que llegaba, Maravilla ha estado lejos de rendir alcanzar las expectativas que había en su juego y que lo convirtieron en el jugador mejor pagado de la Premier League. Con sólo tres goles en 2018 jugando con Diablos Rojos, las críticas le han llovido y no tienen intención de parar.
Al menos así quedó en claro con una columna publicada en el diario inglés Evening Standard y titulada: «la camiseta siete ‘no toma prisioneros’ (N de la R: traducción de «take no prisoners», frase referida a que no tiene piedad y heredada de los tiempos de guerra cuando no se tomaban prisioneros y se mataban a todos los rehenes)… sino pregúntele a Alexis Sánchez».
En el escrito, el periodista James Robson, encargado de seguir todas las novedades del United para el Standard, señala que «Alexis es el último en caer en la maldición del número 7. Una forma de medir el sufrimiento del chileno en Old Trafford es que su aporte más significativo es que sus gastos en sueldos han incrementado año a año (…) Debe estar tan frustrado como cualquiera por su crisis».
«Con Anthony Martial mostrando todo su potencial por la izquierda del ataque y negociando un nuevo contrato de cinco años, el futuro de Sánchez parece desolador para un jugador que, pese a la ausencia de Romelu Lukaku, ni siquiera pudo entrar en la formación para el clásico de Manchester. Y ahora, con Lukaku volviendo a su puesto en el centro del ataque, parece cada vez más difícil encontrarle un rol a Alexis. La derecha del ataque sigue siendo un problema para Mourinho, pero no hay indicios para que Sánchez sea la solución», agrega.
Además, en la columna intentan encontrarle explicación al momento de Maravilla y señalan «¿qué ha salido mal con un jugador que Guardiola quería tan desesperadamente? Sánchez ha sido descrito como un personaje solitario y aislado, pero los que lo conocen insisten en que no es una persona que esté preocupada si no tiene amigos en el camarín. Su obsesión está con lo que pasa en la cancha. Mientras le esté yendo bien en la cancha, estará feliz. Eso explica largamente por qué se ve tan triste en estos días, porque muy pocas cosas le han salido bien en la cancha desde que llegó».
«Para un jugador que parece una sombra de aquel que atemorizaba a los corazones de los defensas cuando estaba en Arsenal, la verdad y la explicación puede ser que sus mejores días ya pasaron (…) Pasando por la superestrella Ángel Di María hasta la naciente estrella Memphis Depay, el 7 del United no toma prisioneros», concluye.