El grupo B de la Copa del Mundo tuvo una dramática definición el pasado lunes con el VAR como principal protagonista. Es que en los últimos minutos, cuando Marruecos le ganaba 2-1 a España, los dirigidos de Fernando Hierro consiguieron un agónico gol que les permitía empatar y avanzar a octavos como líder del grupo. Un gol que en principio había sido anulado por el juez de linea, pero que finalmente lo validaron gracias a la ayuda del video arbitraje.
Los jugadores marroquíes se volvieron locos reclamando por esa jugada y por todas las otras donde pidieron sin éxito que el árbitro fuera a revisar los videos. «Creo que el VAR se ha decantado más por un equipo«, fueron las palabras del jugador del Real Madrid, Achraf Hakimi, después del partido, mientras que Nordin Amrabat fue más allá y frente a la cámara gritó: «el VAR es una mierda».
Por lo mismo y una vez consumada su eliminación, la Federación Real Marroquí de Fútbol decidió hacer un reclamo formal ante la FIFA y envió una indignada carta señalando su malestar. «Nuestra opinión es clara y los errores de los árbitros que ocurrieron en dos partidos claves, ante Portugal y España, castigaron gravemente a nuestra selección y nos privaron de buscar nuestra clasificación de igual a igual con los otros equipos del grupo», dice el escrito de los marroquíes.
En la misiva, además, indican los momentos exactos de los partidos en que se sintieron gravemente perjudicados, señalando que, por ejemplo, ante los lusos en el minuto 4 no se les cobró un penal a favor luego de una falta de Pepe, mientras que ante los hispanos, Piqué cometió una fuerte falta que no fue sancionada a los 8′. Todas estas acusaciones, por si fuera poco, están acompañadas de videos .
Finalmente los africanos apuntan a que «los recursos tecnológicos (el VAR) deberían disminuir los niveles de subjetividad en el arbitraje, sobre todo en el caso de los penales no cobrados a nuestro favor en los partidos ante Marruecos y Portugal (…) nos gustaría expresar nuestra profunda inquietud y denunciar esas injusticias por el negativo impacto que tiene para la imagen de la FIFA, sobre todo para el futuro del fútbol como una práctica en la que deberían destacar los nobles valores de la equidad y la igualdad«.