Un poquito de fútbol chileno hay en la final de la Copa Libertadores 2017. Y no sólo por la presencia del ex Temuco, Cobreloa y Colo Colo Lucas Barrios en las filas de Gremio, como muchos podrán pensar a la rápido, sino por el trascendental trabajo de Jorge Almirón en el banco de Lanús, humilde elenco que por primera vez en sus 102 años de vida alcanzó una final del certamen más importante de clubes en nuestro continente.
El Negro Almirón, quien vistiera la camiseta de Santiago Wanderers entre 1994 y 1995, hoy es el técnico sensación de Argentina, pero también de América. Desde que asumió como DT del club del sur de Buenos Aires a comienzos de 2015 ha colocado a los granates en la primera fila del fútbol trasandino, a la par de los poderosos Boca Juniors y River Plate. De hecho la elogiada Bandra Sangre de Marcelo Gallardo fue su víctima en las semis de la Copa.
Los títulos de Primera División, Copa Bicentenario y Supercopa obtenidos en un 2016 de ensueño lo consagran como el técnico más ganador en la historia de Lanús y las grúas del mercado futbolístico ya lo tienen en la mira. San Lorenzo abiertamente ya ha mostrado su interés por contratarlo, pero desde España Málaga y Las Palmas también entrarían en la puja. Un presente lleno de luces para el mismo Almirón quitado de bulla que fue figura en el lejano ascenso de Wanderers a Primera en 1995.
Goleador de bajo perfil
Pablo Peñailillo, Héctor Santibáñez, Cristián Flores, Raúl Muñoz, Santiago Pizarro, Jorge Pérez, Claudio Núñez y un joven Reinaldo Navia eran algunas de las figuras que tenía el Decano del uruguayo Jorge Luis Siviero que logró el ascenso en 1995, tras una intensa campaña marcada por el aporte goleador de Almirón, quien dejó su mejor imagen en aquella final ida y vuelta con Audax Italiano: los caturros se impusieron en los dos partidos (2-0 en Santiago y 2-1 en Sausalito) y los cuatro goles fueron obra del Negro.
«Siempre estaba preocupado de entender bien la función que uno le pedía, aunque siempre entregaba su opinión. Llegó como volante, pero como era bueno decidí colocarlo de 9. Ese cambio lo conversé con él y le dije que tenía características para el puesto», recuerda Jorge Luis Siviero, quien destaca que «siempre fue un gran profesional en todo sentido, un referente dentro del plantel, pero distinto a lo convencional. Destacaba por ser tranquilo«.
El entonces entrenador caturro comenta que «era bastante introvertido, no se sumaba mucho a las bromas y ese tipo de cosas. Era un tipo serio, un tipo muy profesional, dedicado siempre al cien a su labor. Era de bajo perfil, por su personalidad era de hablar poco, pero siempre fijaba su posición, se salía un poco de ese líder típico de camarín, era de expresar poco sus cosas, pero siempre dejaba en claro su posición».
El testimonio de Siviero va en línea con el de Santiago Pizarro, quien era el capitán wanderino en 1995. «Era muy trabajador, muy buen compañero, veía bastante bien el fútbol. Era bastante centrado, de perfil más bien bajo, una buena persona», cuenta quien actualmente trabaja en el fútbol formativo del elenco de Valparaíso, detallando que «llegó con (Carlos) Zaragoza y siempre estaban juntos. Los dos siempre muy respetuosos, bien centrados, humildes«.
Uno con una personalidad totalmente distinta a la de Almirón que convivió en dicho plantel del Decano, también recuerda algo similar. «Era muy callado, muy profesional, un caballero, siempre se preocupó de entrenar bien. Entendió muy bien lo que era Santiago Wanderers, adoptó todos los valores con los que veníamos los que éramos formados en el club«, explica Cristián Pistola Flores, quien recalca que «tiempo después en México lo enfrenté y seguía siendo el mismo».
Un departamento en Viña
El 7 de julio de 2003, cuando era jugador del Morelia de México, Almirón visitó la Quinta Región acompañando a su amigo representante Roberto Travi. En dicha ocasión brindó una entrevista a La Estrella de Valparaíso en la que confesó sus deseos por volver a trabajar en Santiago Wanderers y comprarse un departamento en Viña del Mar.
«A Viña pienso venir más seguido, porque quiero comprar un departamento por acá, gracias a los contactos de Roberto (Travi). Y bueno, si me toca en suerte dirigir, ojalá que sea en Wanderers«, declaró el actual entrenador finalista de la Copa Libertadores 2017.
En esa misma ocasión, quien consiguiera éxito como futbolista en México recordó cómo se dio su llegada del modesto San Miguel de Buenos Aires a Wanderers a mediados de 1994. «No nos conocía nadie, pero el esfuerzo y la seriedad, nos permitieron hacer una campaña muy buena, que derivó en un logro importantísimo. Fue algo hermoso y por eso nunca me voy a olvidar de lo que viví en Wanderers. Esa muy buena campaña me sirvió para irme a México al poco tiempo después«, contó.