El Gráfico Chile

“Los puntos se ganan en cancha”: El hostil ambiente en La Paz se tomó la tribuna, la banca y el partido

El partido en el Hernando Siles de La Paz fue un clásico y así se notó desde la previa hasta el final. Las burlas bolivianas no se hicieron esperar.

Por Diego Espinoza Chacoff, enviado especial a La Paz

«Traidor y ladrón, los puntos se ganan en cancha». Así rezaba un lienzo en las tribunas del estadio Hernando Siles en la previa del partido entre Bolivia y Chile. El encuentro entre altiplánicos y chilenos, válido a la décimosexta fecha de las Clasificatorias, prometía ser un verdadero clásico y el ambiente que se vivía en la altura de La Paz lo hacía notar. El fallo del TAS, que ratificó la quita de puntos para los dirigidos de Mauricio Soria por la alineación indebida de Nelson Cabrera, no cayó nada de bien en jugadores e hinchas bolivianos.

Con este panorama, el partido en La Paz era toda una revancha para los bolivianos, quienes vieron como todos los esfuerzos que hicieron para ganarle a Perú como local y sacar un empate ante Chile en el Monumental se desvanecía por la decisión en secretaría. La rabia era grande y quedó en claro desde que la Roja pisó el Hernando Siles: una ensordecedora pifiadera de los hinchas locales no dejó escuchar el himno chileno. Era la bienvenida perfecta para un clásico caliente.

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Bolivia dejó en claro desde un inicio que le tenían ganas a Chile y salió rápidamente a ahogarlos en los 3600 metros sobre el nivel del mar que ostenta el coloso altiplánico. El Bicampeón de América estaba desdibujado y sufría y sufría. Los locales, en tanto, intentaban con centros al área y remates de media distancia, la gran mayoría a cargo del buen pie de Jhasmani Campos.

La Roja recién vino a encontrar soluciones sobre el final del primer tiempo, pero sus ataques no fueron suficientes para hacerle daño a los dirigidos de Mauricio Soria. Un empate sin goles en el entretiempo que los de Juan Antonio Pizzi parecían celebrar por el juego que estaba mostrando el local y por el rudo ambiente que les brindaba el Hernando Siles de La Paz, con hinchas enfervorizados alentando a su selección y esperando un gol que le pegara en el piso a un rival que les quitó los puntos en las oficinas y que venía de perder en Paraguay. 

Pero Chile no pudo aguantar tanto y en el segundo tiempo se les puso todo cuesta arriba. En 59 minutos, Marcelo Díaz bajó una pelota en el área con la mano y Wilmar Roldán no dudo en cobrar penal. Juan Carlos Arce no falló desde los doce pasos y desató la alocada celebración de los fanáticos que repletaron el Hernando Siles. De ahí en más, todos fue sufrimiento para los visitantes.

Bolivia hizo sentir su condición de local y no sólo en las tribunas. Si desde las gradas caían los típicos insultos hacia la selección chilena, con el «chileno, hijo de pu…» y «Chile fuera, Chile fuera», y la dirigencia de la ANFP sufría en los palcos con el hostigamiento de los fanáticos, en la cancha los jugadores de la Roja se empezaban a ofuscar con el tiempo que hacían sus rivales y también los peloteros, quienes, incluso, llegaron a desaparecer del terreno de juego.

Claudio Bravo no aguantó más la situación y fue a alegarle al cuarto árbitro, mientras que los integrantes de la banca chilena se gritaban de un lado a otro con la banca boliviana. Entre todos los insultos, un gesto que la FIFA deberá analizar: Pablo Escobar, mientras gritaba «anda a llorar a la FIFA», se llevó las manos a sus genitales para encender aún más los ánimos. Mientras los minutos pasaban en La Paz, el ambiente se ponía aún más tenso. Chile buscaba desesperadamente un empate, pero nada le salía en el Hernando Siles. El ambiente tampoco ayudaba y hasta Nicolás Castillo las hizo de pelotero para apurar el juego. Más o menos apuro, la Roja no iba a encontrar soluciones y ahora se complica en su camino a Rusia.

Final del partido y la tensión se elevó al máximo. Empujones entre bolivianos y chilenos, insultos de uno y otro lado, Pablo Escobar haciéndole un gesto de «chao» a Beausejour, y los de la Roja buscando a los integrantes de la banca altiplánica, quienes se cansaron de provocar y burlarse, para encararlos. La policía salió a calmar la situación y Bolivia celebró el tenso triunfo como si fuera la final de la Copa del Mundo. La revancha llegó y dejó a Chile colgando de Rusia 2018. 

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