Un golpe al mercado sudamericano y al corazón de todos los fanáticos que aún soñaban con verlo triunfar en los mejores equipos de Europa. Este lunes, se confirmó que Matías Fernández dejará la Fiorentina para fichar en el Necaxa de México a partir de esta temporada. El volante se suma así a la legión de los 21 chilenos que actúan en la liga azteca.
Pero antes de llegar a México, Matías pasó 11 años en Europa donde si bien se llenó de gloria en algunos minutos, también tuvo soportar rebeldes lesiones y suplencias que lo tenían sin la chispa que nos dio a conocer cuando vestía la camiseta alba.
«Me siento muy feliz y tengo muchas ganas de empezar. Este recibimiento me anima aún más a hacerlo bien. Es un sueño jugar acá. No me esperaba un recibimiento así, tan bonito«. Estas palabras fueron emitidas por Matías el 28 de diciembre del 2006 cuando fue presentando como flamante refuerzo del Villarreal de España ante 3.500 fanáticos que llegaron hasta las galerías del Madrigal para saludar al mejor jugador de América de ese año.
Con el peso de costar nada menos que 9 millones de dólares, Fernández debutó en enero del 2007 ante Valencia. De ahí, no pararía: 71 goles y 7 goles en las temporadas que tuvo en el Submarino Amarillo. Su mayor logro con el equipo español fue el subcampeonato de Liga que alcanzó en la temporada 2007/2008. En esa oportunidad el Real Madrid se llevó la corona con 85 puntos, mientras que el Submarino Amarillo de Manuel Pellegrini quedó segundo con 77 puntos.
Pero la intermitencia de Matías no logró convencer en España. Si bien su pase ya se había devaluado, el Sporting de Lisboa, uno de los tres cuadros más grandes de Portugal, fijó sus ojos en él: Ahí, Fernández encontró su mejor fútbol. En tres temporadas jugó 69 partidos y marcó 12 goles. Su buena participación en la Europa League, la cual se coronó con un golazo de tiro libre ante el Manchester City, le permitió ganarse el corazón de los hinchas del equipo en el camino que los llevó a semifinales del 2011-12, donde fueron eliminados por el Athletic Club de Bilbao que dirigía Marcelo Bielsa.
Tanto fue tanto el cariño que ganó Matías en Portugal que hace algunas semanas cuando el futbolista nacional volvió a Lisboa para jugar un partido amistoso, el estadio se puso de pie para aplaudir al chileno cuando entró en el segundo tiempo.
A pesar de que la dirigencia del Sporting le ofreció extender su contrato, el nacional quería cambiar de aire. Por eso aceptó los 3.1 millones de euros que le ofreció la Fiorentina por tres temporadas. ¿El resultado? Mucho esfuerzo, pero poca titularidad y días llenos de lesiones.
Las estadísticas no mienten: En los cinco años, Matias jugó 96 partidos y solo marcó siete goles. A pesar de tener la confianza de Vincenzo Montella, en ese entonces DT del equipo, los problemas de Fernández eran las lesiones. El 20 de mayo del 2014 confirmó su adiós del Mundial de Brasil por una fuerte molestia en el tobillo que lo llevó al quirófano.
Pero eso no fue todo porque en marzo del 2016, el volante quedó varias semanas fuera del equipo italiano por culpa de una lesión que sufrió ante Argentina jugando por la Roja. Aunque aún faltaría más.
Durante la concentración de Chile en Estados Unidos para la Copa América Centenario, Fernández se lesionó de los meniscos de la rodilla derecha, lesión que lo inhabilitó para participar en el torneo. Matías volvió a Santiago para iniciar el proceso de recuperación que duraría varias semanas.
En medio de ese proceso, pasó de la Fiorentina al Milan a préstamo donde los problemas físicos le volvieron a pasar la cuenta, incluso para debutar. Esto porque en la primera semana de septiembre, el volante jugó en el duelo ante Bolivia donde tuvo que salir a los 10’ por una lesión muscular en el flexor del muslo derecho. Dos meses fuera de las canchas perdiendo mucho terreno en los milanistas.
Tras eso, Matías lo intentó pero nunca más volvió a ser el mismo; tanto así que solo jugó 13 partidos y marcó un gol. Ante este escenario, el equipo italiano no hizo efectiva la opción de compra y Fernández regresó a Fiorentina donde tuvo que esperar algunas semanas para destrabar finalmente su futuro y volver a América, esta vez para defender a los Rayos del Necaxa en México.