Lucas Ontivero se convirtió en el primer fichaje de Universidad de Chile en el inicio de 2017. Desconocido en el medio chileno y con pasos por seis equipos desde que abandonó las inferiores de Independiente con 17 años, el nuevo futbolista de los azules intentará en el equipo de Ángel Guillermo Hoyos encontrar la regularidad que no ha tenido en su carrera
El argentino tiene solo 22 años y jugó en Fénix en Uruguay, Galatasaray y Gaziantepsport en Turquía, Budapest Honvéd en Hungría, Olimpija en Eslovenia y Montreal Impact de Canadá, en cuatro años de carrera.
En este último equipo, que compite en la MLS de Estados Unidos, el trasandino tuvo su temporada con más continuidad, jugando 21 partidos de liga, que contrasta, por ejemplo, con los tres encuentros que jugó en Galatasaray y los dos compromisos que disputó con Honvéd.
«Es un jugador muy distinto y muy desequilibrante. Muchas veces cuando los resultados no se dan, a ese tipo de jugadores los sacan y los ponen, no tanto como a otro tipo de futbolistas», explica a El Gráfico Chile Hernán Bernadello, quien fue compañero de Ontivero en el equipo canadiense.
«Es difícil saber cuándo un jugador va a progresar o se va a estancar. En el caso de Lucas, es un futbolista que necesita de la confianza para jugar«, asegura Eduardo «Lolo» Favaro, entrenador que tuvo al argentino en Fénix en 2013, mismo año que el refuerzo laico fue comprado por cerca de US$2 millones por Galatasaray.
En la última temporada, el nuevo fichaje de la U anotó dos tantos y completó dos asistencias, jugando la mayoría de los partidos como extremo por derecha. Sin embargo, se destaca por su polifuncionalidad en el ataque.
«Es un mediapunta que juega detrás de un 9 de área, aunque puede jugar como extremo por la banda izquierda o derecha. Es un jugador potente y habilidoso», complementa Favaro.
«Él era muy joven cuando compartimos en Fénix, tenía 17 años, pero mostraba unas condiciones espectaculares», señala Hernán Novick, mediocampista uruguayo que estuvo con el nuevo refuerzo azul en tierras charrúas.
Ontivero se distingue por conducir la pelota pegada al pie y regatear a los defensores contrarios, lo que podría llevarlo a convertirse en un jugador determinante en la ofensiva de Universidad de Chile y llenar una función que estuvo vacante en el último año. «Su principal característica es que es un jugador muy desequilibrante de mitad de cancha hacia adelante, mucha facilidad para regatear y sacarse rivales de encima. Es un futbolista de mucha técnica individual y creo que en el fútbol chileno puede andar muy bien», cuenta Bernadello, mientras que Novick complementa que «el regate es una gran virtud de él, pero también le agregaría la gran pegada de zurda que tiene y la buena visión de juego».
El rosarino, quien surgió de las inferiores de Newell’s y se considera un amigo cercano al nuevo volante azul, también lo alabó fuera de la cancha y asegura que debiera encajar bien en el camarín del club laico. «Es un excelente compañero dentro del vestuario, se hace querer mucho, es muy tranquilo, a pesar de ser muy joven. Además, Lucas sabe escuchar a los más grandes, lo que es importante en un equipo», asegura el que fuera su compañero en el equipo canadiense.
Su ex compañero en Fénix, en tanto, concluyó que «lo mejor que tiene es que es una gran persona, es muy respetuoso y muy tranquilo. Le va a venir bien a la U».