Giuseppina Lobos
Mientras Manuel Pellegrini vive sus últimos meses como entrenador del Manchester City, en el Estadio Monumental, Vicente Herrero Pellegrini, termina un nuevo entrenamiento en la Sub 19 de Colo Colo. Además de ser familiares directos, ambos tienen personalidades muy parecidas: tímidos y retraídos en sus tiempos libres, pero se transforman cuando entran a una cancha de fútbol.
A diferencia de los cientos de juveniles de Colo Colo que iniciaron su vida en el fútbol tempranamente, la historia como futbolista de Vicente Herrero Pellegrini, el sobrino nieto del técnico, recién comenzó a los 16 años. «Vicho», como le dicen sus amigos, era el delantero estrella de la selección de fútbol del colegio Verbo Divino y en un partido amistoso con la Sub 16 del Cacique, el técnico de la categoría, Luis Pérez Franco, no dudó ni un segundo en ofrecerle un puesto en el equipo.
«Nunca se me pasó por la cabeza ser un jugador de fútbol y para mí era un hobby. Una vez que me inscribieron, supe que esto sería algo serio. La opción de ser jugador de Colo Colo me llegó desde el cielo y jamás pensé en jugar por otro equipo», afirmó Vicente, de 17 años, a El Gráfico Chile.
A pesar de que llegó a las canchas del Monumental como delantero, una vez que subió a la Sub 17, el técnico Claudio Rojas le comentó que su altura (1,82 cm) había que aprovecharla de otra forma: como zaguero central. En su nuevo puesto, Herrero ha logrado ser uno de los juveniles con mayor proyección del Cacique.
«Tuve que aprender mucho y no fue fácil, porque cambié detalles importantes de mi juego. El delantero ataca mucho y se preocupa solamente de eso, en cambio en la defensa tengo que estar atento de salir jugando o de la línea del off side. Aprendí mucho viendo a mis compañeros», sentencia el jugador albo, quien lucha día a día por ganarse un puesto en la Sub 19.
En la juvenil de Colo Colo, Vicente debe pelear la titularidad con dos «experiementados»: Hardy Cavero y Henry Sanhueza. «Ambos son muy buenos jugadores, llevan mucho tiempo jugando en el puesto y además están en el primer equipo. Debo aprender mucho de ellos», confesó Herrero.
El aprendizaje del que habla el zaguero albo también aumenta en los días que comparte la práctica con el plantel de honor de Colo Colo. «Cuando me llama el Coto Sierra a entrenar, me pongo muy feliz. Es una sensación muy buena. La dinámica de las prácticas del primer equipo son distintas porque, de partida, los jugadores con mucho más rápido y tienen más experiencia», afirma el jugador de 17 años.
El peso de ser Pellegrini
A pesar de tener una de las canteras más grandes de Chile, en Colo Colo todos saben que en la Sub 19 existe un familiar del técnico del Manchester City. Es por lo mismo que Vicente toma con bastante naturalidad el tema. «Manuel siempre ha estado fuera de Chile por lo que es muy difícil reunirnos, pero es tío abuelo de mi mamá. La gente que me conoce me pregunta mucho por mi parentesco con él», afirma entre risas el central de Colo Colo.
Vicente es un seguidor de Pellegrini y es por lo mismo que confiesa que el estratega nacional «tiene una visión de fútbol muy distinta a los técnicos que trabajan en Chile. Para Manuel lo más importante es la palabra y la relación con los jugadores. En cambio en el fútbol nacional, los DT solo piensan en ganar y se despreocupan de lo demás».
A diferencia de lo que muchas personas pueden pensar, Vicente está feliz de ser familiar de una persona tan reconocida y respetada a nivel mundial. «Sin duda alguna creo que tener el apellido Pellegrini me va a servir en mi carrera futbolística. Yo feliz que me comparen con él porque es una buena persona, buen jugador y ahora excelente técnico», comentó el canterano.
Pese a que su altura, rendimiento y apellido le juegan a favor, Vicente Herrero sigue con los pies en la tierra. Por lo mismo no dejó sus estudios con el colegio Verbo Divino y planea combinar el fútbol con una carrera universitaria.
«Mi principal objetivo es ganarme un puesto en la Sub 19 y a la vez llegar al primer equipo lo más pronto posible. Colo Colo es el club que quiero y estar acá es un sueño hecho realidad», finalizó el joven de 17 años.
GRAF/GL