Aunque son invisibles para el ojo inexperto, las barreras de humedad cumplen un rol fundamental para el confort térmico de las viviendas, ya que no solo evitan el ingreso de agua desde el exterior, sino que también optimizan la eficiencia energética asociada a los sistemas de calefacción.
“Según datos del Ministerio de Energía para el sector residencial, en las viviendas de la zona central, el 56% de la energía va a calefacción, el 18% a calentar agua, 5% en refrigeración y el resto en iluminación y otros consumos. Por lo tanto, aislar una vivienda ayuda directamente a disminuir el mayor consumo de energía del inmueble”, afirma José Antonio Kovacevic, gerente del área Green Building de Efizity.
Es por ello que desde el año 2007 la reglamentación térmica que deben cumplir todas las viviendas nuevas construidas en nuestro país exige el uso de barreras de vapor y de humedad en muros y techumbres.
Para confirmar que su vivienda cuenta con la protección adecuada, los expertos de Volcán, empresa de soluciones constructivas, recomiendan poner especial atención a los siguientes aspectos clave.
- Respirabilidad. La mejor barrera de humedad es la que evita el paso del agua hacia el interior de una vivienda, incluso cuando esta agua viene con viento como en un temporal. “Al mismo tiempo esta membrana debe ser capaz de dejar salir el vapor de agua que se genera al interior de la vivienda y así evitar que se produzca condensación en los muros perimetrales, lo que fomenta eventualmente la aparición de hongos”, afirma Ricardo Fernández, gerente técnico y de Desarrollo Sostenible de Volcán.
- Eficiencia. Otra característica importante es evitar el traspaso no controlado del aire al interior de la edificación, ya que estas fugas hacen más difícil mantener la temperatura dentro de la edificación. “Un exceso en renovación de aire interior, repercute en la eficiencia de los sistemas de climatización, ya que requieren mayor energía para mantener la temperatura de un recinto”, agrega el experto.
- Vapor. Al interior del hogar se genera vapor de forma constante, durante las cuatro estaciones, con las duchas, la cocina, la calefacción e incluso la presencia humana. En invierno baja la temperatura y el vapor tiende a condensarse el encontrar en los muros un punto frio. Es allí –al interior de la vivienda- donde se colocan las barreras de vapor, precisamente para facilitar que el vapor pase de estado gaseoso a líquido, pero fuera de la edificación.
- Techos. Es importante distinguir que techos y paredes tienen necesidades distintas de protección. En los muros -paredes y fachadas exteriores- se debe considerar la contención agua desde exterior y también la eliminación de vapor desde el interior de la vivienda. En techumbres, la respirabilidad no es tan importante como si lo es su impermeabilidad, que debe ser de un nivel alto para evitar filtraciones y goteras por lluvia.
- Ventilación. Finalmente si va a adquirir o arrendar un inmueble, es importante que verifique si cuenta con una buena ventilación cruzada. Esta precaución debe considerarse de igual modo para los techos, una estructura que cuenta con entradas y salidas de aire especiales para la ventilación.