Durante este sábado, el periodista Roberto Cox fue agredido por un grupo de personas mientras iba camino a cubrir un cacerolazo en la Plaza de Ñuñoa. Tras esto, a través de sus redes sociales manifestó que “fue una agresión cobarde de unas 20 personas que no nos dejaron informar libremente”.
Según relató el reportero “la protesta se desarrollaba en forma pacífica, sin embargo, nos reconocieron como trabajadores de prensa y una de las personas sacó un elemento contundente (creo que era una llave inglesa) y rompió dos vidrios del auto”. La situación no terminó allí, ya que más tarde, al momento de entrevistar a los manifestantes, volvieron a ser agredidos. “Junto con el camarógrafo estábamos entrevistando a quienes se manifestaban pacíficamente con la intención de recoger el malestar generalizado. Fuimos agredidos con empujones e insultos”, contó.
Según el comunicador, “minutos más tarde de los sucedido”, el supuesto agresor “tuvo la desfachatez de tuitear que nuestro equipo intentó atropellar a la multitud, algo completamente falso”.
Finalmente, comentó a La Cuarta que «si se te vienen 20 personas encima y con los ánimos tan exaltados puede pasar a mayores. La sacamos barata porque nos metimos en el restaurante y nos quedamos ahí completamente indefensos. Leí por ahí que nos habían hecho una funa, pero lo que nos pasó fue una agresión. Para mí una funa se le hace a los que evaden impuestos, a los delincuentes”.