Muchos de los que van al cine, disfrutan una película comiendo un paquete de cabritas, sin embargo, una mujer se llevó una sorpresa muy poco grata cuando compró uno de estos productos en un cine.
Esto ocurrió en un local de Cinemark del mall Plaza Oeste, cuando una consumidora, luego de ver un filme, decidió hacer uso de la opción ofrecida de “rellenar” su paquete de cabritas para compartirlas con su familia cuando regresara a casa. Sin embargo, al momento de consumirlo, se percató que al interior del envase había un ratón muerto.
Ante la gravedad de la situación, la afectada llevó el producto a la Seremi de Salud para que se realizara un análisis y además interpuso el reclamo en el Sernac.
Al no obtener una respuesta favorable para la clienta por parte del cine en cuestión, la entidad estatal denunció el hecho ante el Juzgado de Policía Local de Cerrillos.
Ante el tribunal, la empresa rechazó su responsabilidad, indicando que la tenencia de una boleta por parte de la consumidora no acreditaba una relación de consumo, pues éstas no eran nominativas y por lo tanto, podrían estar en manos de cualquier persona.
Por otra parte, agregó que el roedor hallado fue llevado ante la Seremi de Salud para análisis tres días después de ocurrido el hallazgo, lo que le quita validez.
Sin embargo, el análisis de dicho organismo concluyó que el ratón efectivamente había sido sometido al proceso de elaboración del producto, y que presumiblemente éste venía en la materia prima que se utilizada para hacer las cabritas, es decir, en el maíz.
En esa línea, el juez que vio el caso desechó los argumentos de la empresa y la condenó al pago de una indemnización de $2.000.000 a la consumidora por el daño moral sufrido y a una multa de 40 UTM (cerca de $1.600.000) por infringir la Ley del Consumidor, fallo ratificado por la Corte de Apelaciones, y corroborado por la Corte Suprema, la que rechazó un recurso presentado por la empresa.
Desde el Sernac enfatizaron que las empresas tienen que tomar todas las medidas necesarias para garantizar que los alimentos sean seguros y no arriesguen la salud de los consumidores.