Que Sergei Skripal y su hija Yulia sobreviviesen al ataque con un agente nervioso no cabía entre las posibilidades del equipo médico que los recibió en el hospital inglés de Salisbury.
Pero lo lograron y, por primera, vez los doctores que les salvaron la vida le contaron al programa Newsnight de la BBC cómo lo hicieron.
Al exespía ruso, que residía en Reino Unido desde 2010, y a su hija los encontraron desplomados en un banco de una localidad en el oeste de Inglaterra el 4 de marzo de este mismo año.
Lo primero que pensaron al ingresarlos en el Hospital del Distrito de Salisbury es que se trataba de una sobredosis de opioides.
"Lo único que nos dijeron es que había dos pacientes en urgencias en estado crítico", recuerda Sarah Clark, la enfermera de guardia aquella noche.
Pero después de que la policía les dijo que los dos pacientes eran un exespía ruso y su hija, con altas posibilidades de haber sido objeto de un ataque intencionado, descartaron la hipótesis de los opioides.
Fue entonces cuando empezaron a observar síntomas típicos de envenenamiento por organofosforados o agentes nerviosos.