Jon McBride nació en Charleston, Virginia, el 14 de agosto de 1943, pero siempre consideró Beckley como su verdadero hogar. Desde una temprana edad, McBride mostró una fascinación innata por la aviación, una pasión que moldearía su futuro.
Su interés por los aviones comenzó cuando, siendo apenas un niño de 3 años, observaba las aeronaves que despegaban y aterrizaban en el Aeropuerto de Charleston desde lo alto de la montaña donde vivía.
Su carrera en la aviación y en la NASA
Cuando tuvo la edad necesaria, McBride ingresó a la Marina de los Estados Unidos, donde su carrera como piloto despegaría de manera significativa.
Con el paso del tiempo, McBride alcanzó el rango de Capitán, un logro que ya de por sí sería motivo de orgullo para cualquier aviador. Sin embargo, no se detuvo allí: su ambición y habilidades lo llevaron a ser seleccionado por la NASA en 1978 como parte del Grupo 8 de astronautas, conocido como “Los 35 nuevos”.
La NASA asignó a McBride a la misión STS-41-G del Transbordador Espacial Challenger en 1984. Esta misión, que tuvo lugar del 5 al 13 de octubre, marcó un hito en su carrera y en la historia de Virginia, ya que McBride se convirtió en el primer ciudadano del Estado en volar al espacio.
STS-41-G: Un momento cumbre en la historia espacial
McBride, como piloto, estuvo en el centro de esta operación histórica. El Challenger despegó desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, llevando a bordo a un equipo diverso de siete astronautas.
Durante la misión, el equipo desplegó el satélite ERBS (Earth Radiation Budget Satellite), que tenía como objetivo estudiar el balance de radiación de la Tierra, un factor clave para entender el clima y los cambios ambientales.
Además, McBride y sus compañeros realizaron una serie de experimentos en el espacio que contribuyeron a la expansión del conocimiento científico y tecnológico.
La vida de McBride después de la NASA
En 1989, McBride dejó la NASA y exploró nuevas oportunidades en el sector privado, donde trabajó en la industria aeroespacial y en el desarrollo de tecnologías avanzadas.
El astronauta también se dedicó a la educación, participando en programas y conferencias donde compartía su historia y alentaba a los jóvenes a perseguir sus sueños, sin importar cuán inalcanzables pudieran parecer.
Batallas personales: Alzheimer y cáncer
Según su obituario, además de su avanzada edad, McBride padecía de dos enfermedades: Alzheimer y cáncer, dos condiciones que pusieron a prueba su fortaleza; sin embargo, a pesar de estas dificultades, siempre mantuvo su espíritu luchador y su amor por la vida.
La muerte de Jon McBride no solo es una pérdida para su familia y amigos, sino también para la comunidad de Virginia y la comunidad espacial. McBride será recordado como un pionero que abrió las puertas del espacio para su estado natal y para todos aquellos que sueñan con explorar las estrellas.