Steve Jobs era un personaje excéntrico y carismático que siempre buscaba formas de inspirar e impactar a quienes lo rodeaban. Una de sus anécdotas más curiosas, por ejemplo, la encontramos en la historia detrás de su motocicleta BMW que solía aparcar dentro de las oficinas de Apple.
Los orígenes de Apple, como todos sabemos, fueron un tanto humildes. Steve Jobs y Steve Wozniak concentraban su empresa en un simple garaje cuando crearon su primera computadora. Sin embargo, la compañía creció rápidamente y pronto necesitó oficinas más grandes.
En 1983, Apple se mudó a sus nuevas oficinas en Cupertino, California. Las oficinas eran modernas y espaciosas, y Jobs quería que fueran un reflejo de la cultura de la empresa.
Así que una de las cosas que Jobs hizo para crear un ambiente inspirador fue aparcar su motocicleta BMW en la entrada de las oficinas, una BMW R60/2 de 1966, que era un símbolo de la pasión de Jobs por el diseño y la tecnología.
Por qué Steve Jobs dejaba una moto a la mitad de las oficinas de Apple
La moto, tal como relatan los amigos de Applesfera, no solo era una declaración personal de Jobs, sino que también tenía un significado más profundo. Jobs creía que el diseño era importante, y que los productos debían ser bellos y funcionales. La moto BMW era un ejemplo perfecto de este principio.
Además de la moto, Jobs también colocó una bandera pirata en la entrada de las oficinas. La bandera era una representación de los ideales de Apple, que eran la libertad, la creatividad y la rebeldía.
Las oficinas de Apple en Cupertino fueron un éxito, y rápidamente se convirtieron en un símbolo de la revolución tecnológica de los años 80. La motocicleta BMW de Jobs era una parte importante de este éxito, y es una anécdota que sigue inspirando a los fans de Apple en todo el mundo.
Las oficinas de Apple en Cupertino fueron un éxito, a su modo, se convirtieron en un sitio de culto y referente para el sector que rápidamente se convirtieron en un símbolo de la revolución tecnológica de los años 80.
La motocicleta BMW de Jobs era una parte importante de este éxito, y es una anécdota que sigue inspirando a los fans de Apple en todo el mundo.
En sí, la bandera condensaba los ideales de la empresa, el piano era una declaración estética y la propia moto BMW de Steve también fungía como un ejemplo del diseño que se perdura y se mantiene.
Un principio que hasta nuestros días sigue vigente en el ADN de Apple. Por lo menos antes del lanzamiento del Vision Pro.