“Esto es ridículo, ¡estás despedido!”, son las palabras con las que habría reaccionado Elon Musk tras finalizar el proceso para determinar qué sucede con el algoritmo de Twitter y su bajo índice de interacciones en su propia cuenta oficial de la red social.
Hace algunos días reportamos cómo Elon terminó volviendo privada su cuenta en la plataforma para intentar analizar si había algún problema con el algoritmo de Twitter. Luego de que múltiples usuarios reportaran registros atípicos de alcance e interacción con sus publicaciones al volver privadas las cuentas.
El principio era simple: si la cuenta el pública y abierta a todos los usuarios los alcances e interacciones deberían ser mayores. Pero algunos usuarios comenzaron a reportarle directamente a Musk que volver privada sus cuentas sólo disparaba sus métricas de desempeño.
Como parte de la investigación sobre el asunto Musk volvió privada su cuenta por un periodo de 24 horas y su equipo analizó los resultados de los datos recolectados durante ese periodo. Pero al parecer al supuestamente hombre más rico del mundo no le gustó la respuesta que recibió.
Elon Musk no sería tan popular como antes y eso no le gustó: provocó un despido de un empleado
El sitio Ars Technica, que cuenta con una relativa reputación filtrando información y reportes de sucesos internos en compañías del sector IT, acaba de publicar un reportaje explosivo.
Ahí relatan cómo Musk tuvo una reunión para ver las conclusiones de la investigación al algoritmo y sus cifras de desempeño dentro de la red social. Pero al parecer no escucho lo que quería oír.
Según relata el artículo, el móvil real de la indagatoria fue la inquietud de Musk cuando se percató de que teniendo una cuenta con más de 100 millones de seguidores apenas lograba algunas “decenas de miles de impresiones”.
El detalle es que luego de volver privada su cuenta por 24 horas y analizar los datos recabados, uno de sus empleados cruzó esa información con Google Trends y una investigación del algoritmo de Twitter que demostró que no hay ningún sesgo o fallo.
De manera que la conclusión de todo fue que el interés de la comunidad de Twitter por Elon Musk habría disminuido de forma orgánica, llegando al grado de tener ese bajo nivel de impresiones por la naturaleza propia del algoritmo que sepulta al contenido irrelevante.
Tal explicación hizo explotar a Elon y despidió de manera inmediata a quien presentó la información y los datos que respaldaban su conclusión.