Los muscle cars nacieron como una respuesta directa a la pasión por la velocidad y el diseño atrevido. Estos autos, que combinaban motores V8 de gran cilindrada con carrocerías accesibles, marcaron la cultura automotriz estadounidense desde mediados del siglo XX. A continuación, repasamos los diez modelos más espectaculares que han dejado huella en la historia.
Ford Mustang Boss 429 (1969)
El Boss 429 fue la respuesta de Ford para homologar su poderoso motor 429 semi-hemi en la Nascar. Solo se produjeron 1.359 unidades, lo que lo convierte en una rareza deseada. Su motor V8 de 7,0 litros entregaba unos imponentes 375 hp, aunque en realidad era más potente de lo declarado oficialmente.
Curiosidad: Para encajar el enorme motor en el Mustang, Ford contrató a Kar Kraft para modificar el vano motor, lo que hizo que este modelo tuviera una distribución de peso casi perfecta.

Dodge Charger R/T (1968-1970)
El Charger R/T combinaba un diseño agresivo con el motor 440 Magnum o, para los más osados, el legendario HEMI 426. Este modelo inmortalizado por el cine —como en “Bullitt” o “The Fast and the Furious”— ofrecía entre 375 y 425 hp, dependiendo del motor.
Su silueta fastback y la parrilla “oculta” con faros retráctiles lo convirtieron en un ícono del diseño automotriz de finales de los 60.

Chevrolet Camaro ZL1 (1969)
Solo 69 unidades de este Camaro con motor ZL1 fueron fabricadas, lo que lo hace extremadamente raro. El bloque V8 de aluminio de 427 pulgadas cúbicas (7,0 l) fue desarrollado para las carreras y generaba más de 500 hp no oficiales, lo que lo convirtió en uno de los autos de producción más potentes de su tiempo.
Este modelo fue concebido como un arma secreta para las drag races, con un precio muy elevado para la época.

Pontiac GTO The Judge (1969-1971)
El GTO es considerado el muscle car original, y su versión “The Judge” elevó la apuesta con gráficos llamativos, spoiler trasero y un motor Ram Air IV de hasta 370 hp. El nombre fue tomado de un sketch cómico de “Rowan & Martin’s Laugh-In”.
Con su pintura Carousel Red y personalidad exuberante, era imposible pasar inadvertido.

Plymouth HEMI ‘Cuda (1970-1971)
Uno de los muscle cars más codiciados por los coleccionistas. El ‘Cuda con motor 426 HEMI ofrecía 425 hp, pero su rendimiento real era incluso mayor. Las versiones de 1971 con ciertos paquetes de opción hoy alcanzan precios de más de un millón de dólares en subastas.
Además del poderío del HEMI, sus salidas de aire en el capó y su presencia intimidante lo hicieron famoso en las pistas y en la calle.

Buick GSX Stage 1 (1970)
Este modelo es una joya oculta: el GSX Stage 1 producía 510 lb-ft de torque, más que ningún otro muscle car de su época. Su motor 455 V8 rendía unos 360 hp oficiales, pero su capacidad de aceleración era impresionante: hacía el 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos.
Solo se fabricaron 678 unidades en su primer año, lo que lo convierte en una pieza rara y poderosa.

Oldsmobile 442 W-30 (1970)
Este Oldsmobile combinaba lujo y agresividad. El paquete W-30 ofrecía mejoras en admisión, escape y suspensión, y su V8 455 entregaba unos 370 hp. Su nombre viene de “4-barrel carb, 4-speed, dual exhaust”.
En su época, se posicionó como una alternativa refinada al resto de los muscle cars.

AMC AMX (1968-1970)
Menos conocido, pero no menos impresionante. El AMX de dos plazas fue una rara propuesta deportiva de American Motors. Con motores de hasta 390 pulgadas cúbicas y 325 hp, ofrecía buenas prestaciones a un precio contenido.
Fue uno de los pocos muscle cars que combinó una plataforma corta con un motor potente, lo que le daba gran agilidad.

Shelby GT500 (1967)
Conocido por su brutalidad controlada, el GT500 utilizaba un V8 428 Police Interceptor modificado por Carroll Shelby. Su potencia rondaba los 355 hp, aunque era común que superara ampliamente esa cifra.
El auto se volvió aún más famoso como “Eleanor” en la película “60 segundos”.

Chevrolet Chevelle SS 454 LS6 (1970)
Probablemente el muscle car más potente de la era dorada. El Chevelle SS con el motor LS6 454 producía 450 hp y 500 lb-ft de torque. Hacía el cuarto de milla en apenas 13 segundos de fábrica.
Un verdadero monstruo de calle, que hoy en día sigue causando respeto por su desempeño brutal.
