¿Quién es el responsable cuando un auto sin conductor se accidenta? Esa es la gran incógnita que han planteado investigadores de la Universidad Tecnológica de Queensland, la Universidad Charles Darwin y la Universidad de Newcastle en Australia. Según su estudio, las leyes de tránsito actuales no contemplan la figura de un conductor no humano, lo que genera un vacío legal en caso de accidentes. “Si no hay nadie que pueda ser considerado responsable, se producirá un limbo legal”, advierte el Dr. Mark Brady, de la Universidad Charles Darwin.
El problema es que, en estados como Queensland y Australia del Sur, la legislación solo reconoce a conductores humanos. Esto significa que, si un vehículo autónomo se ve involucrado en un incidente, no hay una figura legal que asuma la responsabilidad. Para evitar estas lagunas, los investigadores sugieren modificar las leyes de tránsito y adoptar regulaciones similares a las que ya existen en el transporte público, donde las autoridades pueden detener un vehículo sin importar quién lo conduzca.
Mientras tanto, en Australia, los vehículos autónomos siguen sin recibir luz verde. La Comisión Nacional de Transporte lleva meses analizando cambios en la normativa tras una consulta pública realizada en 2023, pero aún no ha definido el marco regulador.

Desafíos tecnológicos
A pesar de los avances, la conducción autónoma todavía tiene obstáculos técnicos. Sensores como cámaras de alta resolución, radares y sistemas Lidar permiten que los autos “vean” su entorno, pero su desempeño no es infalible. “Las condiciones climáticas adversas o situaciones imprevistas pueden afectar la precisión de estos sistemas”, explican los investigadores.
Hoy, muchas marcas ya ofrecen asistencia al conductor con funciones como el control de crucero asistido y el mantenimiento de carril, consideradas de nivel dos en la escala de automatización. Sin embargo, los vehículos completamente autónomos de nivel cinco, aquellos sin volante ni intervención humana, aún están en fase de prueba.
En Estados Unidos, empresas como Aurora Innovation han anunciado que en 2025 desplegarán camiones autónomos en Texas, Nuevo México y Arizona, incluso en condiciones climáticas extremas, para ampliar su capacidad operativa.
Seguridad y ciberseguridad
La seguridad es un tema crucial en esta tecnología. Los vehículos autónomos están conectados a redes y sistemas que los hacen vulnerables a ciberataques. “Si un hacker toma el control de un automóvil sin conductor, las consecuencias pueden ser catastróficas”, alerta la Universidad de Nueva Gales del Sur. Por eso, fabricantes y reguladores trabajan en sistemas de encriptación y monitoreo en tiempo real para evitar incidentes.
Otro punto de preocupación es la privacidad. Un estudio reveló que los vehículos modernos recopilan grandes volúmenes de información sobre los conductores, desde sus rutas habituales hasta sus hábitos de manejo. Estos datos pueden ser compartidos con aseguradoras y empresas de marketing, lo que abre el debate sobre quién controla esta información y cómo se protege.

Infraestructura y conectividad
Para que los vehículos autónomos sean una realidad, no solo necesitan tecnología avanzada, sino también infraestructura de apoyo. La conectividad 5G es clave para garantizar una transmisión de datos rápida y segura, pero su cobertura aún es irregular, especialmente fuera de las grandes ciudades. Sin estándares de comunicación unificados, la interoperabilidad entre vehículos de distintos fabricantes será un reto.
Casos de estudio y avances recientes
En el mundo, varias empresas ya están poniendo a prueba la conducción autónoma. Waymo, subsidiaria de Alphabet Inc., opera más de 200.000 viajes semanales con taxis sin conductor en ciudades como San Francisco, Phoenix, Los Ángeles y Austin. Ahora, la compañía apunta a expandirse a Washington D.C. para 2026, aunque todavía enfrenta desafíos regulatorios, ya que en algunas jurisdicciones se exige la presencia de un conductor humano como respaldo.
Las pruebas no se limitan a taxis. Tesla anunció su servicio de robotaxis en California y Texas, con un lanzamiento previsto para 2026. Por su parte, Waymo y Cruise, de General Motors, han estado operando vehículos completamente autónomos en California y Arizona.
En Europa, la historia es diferente. En el Reino Unido, startups como Oxa y Wayve han optado por desarrollar tecnologías para entornos controlados o sistemas de asistencia al conductor, en lugar de vehículos totalmente autónomos, debido a restricciones legales y falta de financiamiento.
A pesar de los avances, la gran pregunta sigue en el aire: ¿cuánto falta para que los vehículos autónomos sean parte de la vida cotidiana? Por ahora, el camino sigue lleno de obstáculos, pero las pruebas continúan y los desarrollos tecnológicos no se detienen.