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Xiaomi conquista el mercado automotriz: ¿Por qué Apple no lo logró?

Mientras Xiaomi consiguió posicionarse como un actor relevante en la industria de los vehículos eléctricos con su SU7, Apple no logró concretar el suyo.

Xiaomi, reconocida por sus dispositivos electrónicos, anunció en marzo de 2021 su intención de ingresar al mercado de vehículos eléctricos con una inversión de 10.000 millones de dólares en una década. Esta estrategia resultó en la creación del SU7, un sedán eléctrico que ha captado la atención del mercado. De acuerdo a un informe de Reuters, el SU7, un modelo similar al Porsche Taycan, registró casi 90.000 pedidos en las primeras 24 horas de su lanzamiento en marzo de 2024, convirtiéndose en uno de los vehículos más vendidos en menor tiempo.

La planta de Xiaomi ha alcanzado una eficiencia notable, produciendo un SU7 cada 76 segundos, según la propia Xiaomi, lo que equivale a 40 vehículos por hora. Esta capacidad de producción ha permitido a la compañía satisfacer la creciente demanda y posicionarse como el octavo mayor fabricante de vehículos eléctricos en China, con ventas que superaron las 7.000 unidades mensuales.

Uno de los factores clave en el éxito de Xiaomi ha sido su colaboración con Great Wall Motors, un fabricante automotriz chino con experiencia en producción de vehículos eléctricos e infraestructura industrial. Xiaomi se ha beneficiado de las instalaciones de Great Wall para acelerar la producción del SU7, reduciendo tiempos de desarrollo y optimizando costos de manufactura. La alianza ha permitido a Xiaomi acceder a tecnologías probadas en el sector automotriz y complementar su expertise en electrónica de consumo con el conocimiento de Great Wall en fabricación de autos.

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Apple y el fracaso de su proyecto automotriz

Por otro lado, Apple inició en 2014 el “Proyecto Titán” con el objetivo de desarrollar un vehículo eléctrico autónomo. Pero como detalla Bloomberg en una nota, después de una década y una inversión de aproximadamente 10.000 millones de dólares, el proyecto fue cancelado a principios de 2024 sin haber lanzado ningún modelo comercial. Un reportaje de The Verge atribuye este fracaso a desafíos en el desarrollo de software de conducción autónoma, múltiples cambios en la dirección del proyecto y dificultades para establecer asociaciones con fabricantes automotrices establecidos.

Apple intentó asociarse con diversos fabricantes para desarrollar su vehículo. Entre ellos destacaron Hyundai y su filial Kia, con quienes, según un reporte de CNBC, Apple estuvo en negociaciones para utilizar la plataforma de vehículos eléctricos de la marca surcoreana. Sin embargo, las conversaciones no prosperaron debido a diferencias en el control del diseño y fabricación del vehículo. Apple también exploró acuerdos con Nissan, pero las negociaciones se interrumpieron por razones similares. Además, la empresa mantuvo contactos con austriaca Magna Steyr, una firma especializada en la fabricación de vehículos para terceros, pero no logró cerrar un acuerdo viable.

Factores que diferenciaron a Xiaomi de Apple

Un análisis de Financial Times enumera las causas del éxito de Xiaomi y de la falla de Apple para lograr el mismo objetivo.

  • Experiencia en fabricación: Xiaomi ha demostrado una sólida capacidad en la producción en masa de dispositivos electrónicos, lo que facilitó su transición a la fabricación de vehículos. En contraste, Apple, aunque experta en diseño, carecía de experiencia directa en la fabricación de automóviles, una industria que requiere profundos conocimientos en producción y logística.
  • Alianzas estratégicas: Xiaomi estableció colaboraciones con fabricantes como Great Wall, lo que le permitió aprovechar la experiencia existente en la industria automotriz. Apple, por su parte, enfrentó dificultades para concretar asociaciones sólidas con fabricantes establecidos, lo que obstaculizó el avance de su proyecto.
  • Estrategia de mercado: Xiaomi se enfocó en ofrecer un vehículo eléctrico asequible y de alta calidad, alineado con su ecosistema de productos, lo que atrajo a una amplia base de consumidores. Apple, en cambio, buscaba desarrollar un vehículo autónomo de alta gama, enfrentando desafíos tecnológicos y regulatorios significativos.


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