En un contexto global de transición energética, la industria del transporte busca alternativas a los combustibles fósiles para reducir emisiones de carbono. Los camiones eléctricos y de hidrógeno emergen como soluciones viables para el sector logístico, que representa una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los camiones eléctricos ofrecen eficiencia energética y menores costos operativos, mientras que los de hidrógeno presentan ventajas en autonomía y tiempos de recarga más cortos, siendo ideales para rutas de larga distancia. Sin embargo, el desarrollo de estas tecnologías requiere grandes inversiones en infraestructura y producción de energía limpia, lo que ha convertido a las startups innovadoras en actores clave del sector.
Nikola Corporation fue una de esas startups que prometía revolucionar el transporte de carga, pero su historia tomó un rumbo inesperado.
Fundación y desarrollo inicial
Nikola Corporation fue fundada en 2014 por Trevor Milton en Salt Lake City, Utah, con la visión de liderar el mercado de camiones de carga cero emisiones. La empresa presentó varios prototipos, incluido el Nikola One, un camión semi-remolque que supuestamente operaba con una combinación de energía eléctrica y celdas de combustible de hidrógeno.
Desde sus inicios, Nikola captó la atención de inversionistas y grandes fabricantes automotrices debido a su promesa de transformar el transporte de carga con soluciones sostenibles.
El 2 de diciembre de 2016 se presentó oficialmente el Nikola One, del que se decía que era un cambión a celdas de combustible perfecta y completamente funcional, aunque los asistentes al evento se preguntaron por qué el modelo presentado necesitaba estar enchufado con un cable para funcionar en el escenario.
Inversiones estratégicas y el interés de General Motors
Uno de los momentos clave para Nikola ocurrió en septiembre de 2020, cuando General Motors (GM) anunció la adquisición del 11% de la empresa, en un acuerdo valorado en 2.000 millones de dólares. La alianza preveía que GM proporcionara su tecnología de baterías Ultium y celdas de combustible Hydrotec para la fabricación del Nikola Badger, una pickup eléctrica a hidrógeno.
Sin embargo, en medio del escándalo de fraude que explotó poco después, GM modificó su postura y en noviembre de 2020 optó por cancelar su participación accionaria, limitando su relación con Nikola a un acuerdo de suministro tecnológico.
El informe de Hindenburg Research y el descubrimiento del fraude
El 10 de septiembre de 2020, Hindenburg Research, una firma de análisis financiero, publicó un informe detallando presuntas prácticas fraudulentas de Nikola Corporation.
El documento reveló, entre otras cosas, que:
- El video promocional del Nikola One mostraba al camión rodando cuesta abajo sin propulsión propia, dando la impresión de que era un prototipo funcional.
- La empresa no tenía tecnología de baterías propia, a pesar de haber afirmado lo contrario.
- Trevor Milton había realizado múltiples declaraciones engañosas sobre los avances tecnológicos de Nikola para atraer inversionistas.
El informe generó un impacto inmediato en el mercado, provocando una caída del 40% en el valor de las acciones de Nikola en pocos días.
Investigaciones y consecuencias legales
Tras la publicación del informe, tanto la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) como el Departamento de Justicia iniciaron investigaciones sobre Nikola y su fundador.
En julio de 2021, Trevor Milton fue acusado formalmente de fraude por inflar artificialmente el valor de la empresa con declaraciones falsas.
En octubre de 2022, un jurado lo declaró culpable de tres de los cuatro cargos en su contra y, en diciembre de 2023, fue condenado a cuatro años de prisión y a pagar una multa de 1 millón de dólares. En 2024, además, se le ordenó restituir 167,7 millones de dólares a Nikola por daños causados a la empresa.
Estado actual y perspectivas de Nikola Corporation
A pesar del escándalo, Nikola Corporation sigue operando bajo una nueva dirección. Actualmente, la compañía ha enfocado sus esfuerzos en la producción de camiones eléctricos de batería, como el Nikola Tre, y en la expansión de infraestructura de hidrógeno para sus modelos de celdas de combustible.
Sin embargo, la empresa enfrenta múltiples desafíos:
- Competencia con fabricantes consolidados en el sector eléctrico como Tesla y Volvo.
- La necesidad de reconstruir su credibilidad con inversores y socios estratégicos.
- Problemas financieros, incluyendo márgenes brutos negativos y un consumo acelerado de efectivo.
Nikola Corporation intenta mantenerse en el mercado, pero su viabilidad dependerá de su capacidad para cumplir con las promesas tecnológicas que su exfundador utilizó para atraer inversiones.