Donald Trump, recientemente investido como el presidente número 47 de los Estados Unidos, no ha perdido tiempo en lanzar decretos y promesas que redefinen las prioridades del país. Entre sus primeras acciones, Trump ha declarado el fin del auto eléctrico, prometiendo en su lugar una nueva época dorada para la industria del petróleo. Sin embargo, las declaraciones de Trump parecen haber dejado indiferente a Elon Musk, propietario de Tesla, quien se perfila como uno de los grandes beneficiados de este escenario.
Estados como bastiones del coche eléctrico
Aunque Trump pueda modificar políticas a nivel federal, las leyes de emisiones de los estados juegan un papel crucial. Estados como California, que representan el 40% de las ventas de automóviles en EE.UU., mantienen regulaciones estrictas que favorecen la adopción de vehículos eléctricos. Esto garantiza que Tesla seguirá teniendo un mercado robusto, independientemente de las decisiones de la administración federal.
Aranceles y el auge de la producción local
Trump también ha prometido imponer aranceles del 100% a los vehículos no fabricados en los Estados Unidos. Esto, lejos de perjudicar a Tesla, podría consolidar su posición en el mercado local, ya que su producción es mayoritariamente norteamericana. Además, la prohibición de vehículos eléctricos chinos podría asegurar un mercado prácticamente exclusivo para la marca de Musk y otras más pequeñas que se fundaron en ese país.
Ingresos alternativos para Tesla
Otro factor que refuerza la posición de Tesla es la posibilidad de vender derechos de emisiones a otras marcas que no cumplan con las estrictas normativas estatales. Esto, combinado con los ingresos provenientes de su red de carga, financiada en parte por el gobierno de Joe Biden, garantiza un flujo de ingresos diversificado y estable para la compañía.
SpaceX: la verdadera prioridad de Musk
Mientras Tesla disfruta de un panorama más que favorable, Musk puede centrar su atención en su verdadero sueño: la exploración espacial. Con SpaceX alcanzando hitos como el lanzamiento exitoso de Starship, el empresario parece tener la mirada fija en Marte, un proyecto que cuenta con el respaldo del propio Trump.